Salud defiende su modelo frente a «quienes llaman a los franceses a que vengan de cañas»

Roto el periodo de gracia, la oposición sigue ampliando su lista de reproches a la gestión de la pandemia. Al consejero de Salud, Pablo Fernández, le tocó responder al fuego que le llegaba desde el PP, Podemos y Vox. Los primeros, por boca de Beatriz Polledo y María Gloria Fernández, reclamaron un plan de choque contra las listas de espera e incluir entre las prioridades de vacunación a los docentes de la enseñanza no reglada. «Me alegro de escuchar este alegato en favor de la sanidad pública», replicó.

Dani Ripa, de Podemos, le acusó de «ocultar durante tres meses la lista de vacunados» y dijo que el grupo de trabajo anunciado para investigar irregularidades terminó concluyendo que dichas pesquisas «no se encuentran entre sus funciones». El consejero opuso que la información se sigue tramitando y celebrando que Asturias sea la primera comunidad que llega al 10% de la población diana con la pauta de inmunización completa. «Es algo para estar orgulloso», dijo.

El reproche de Adrián Pumares, de Foro, fue al hecho de anunciar que habría autobús a los Lagos y luego rectificar. Fue una decisión tomada «por responsabilidad», indicó el consejero competente en la materia, Alejandro Calvo. Vox fue el más duro, asegurando que el sistema asturiano de restricciones «no ha funcionado y ha sido arbitrario», en palabras de Sara Álvarez Rouco. El consejero de Salud detalló en qué consiste y afirmó que «es lo contrario de quienes llaman a los franceses a que vengan a museos y cañas y tapas».