«Los pagaron sus familias», dice el agente que vendió los billetes a los senegaleses que llegaron a Asturias procedentes de Canarias

Algunos de ellos son clientes habituales de Macías. «Uno de los que compraron un billete recientemente para un conocido lleva quince años en Asturias», asegura. Se trata de senegaleses afincados en la región desde hace tiempo y que al conocer que un familiar o allegado emprende viaje a través del letal Mediterráneo le ofrecen su ayuda para llegar a un lugar más seguro y, sin duda, habitable que los saturados centros de internamiento de Canarias. «Tienen una cultura marcada por unos lazos familiares muy fuertes» y -igual que se hacía cuando los asturianos emigraban a Cuba- proporcionan un 'colchón' de seguridad a los recién llegados, lo que explicaría por qué las distintas ONGs de la región no estaban al tanto de su llegada.

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«Al llegar a Canarias en patera les hacen una PCR. El estado los identifica, los retiene hasta 72 horas y después los deja libres con una carta de expulsión del país. Pero mientras se ejecuta el proceso administrativo tienen cierto margen para continuar en el país. «A los que no tienen estructura aquí los acoge el Estado, pero el resto se buscan la vida con ayuda de sus familias. Y dado que para un vuelo nacional no tienen que enseñar más que un documento de identidad, vuelan con sus pasaportes», relata Macías, quien pide «solidaridad» para estos migrantes.