«Si la demanda sigue a la baja, no sabremos donde meter la 'cosechona'»

La situación actual la explica el propietario de la sidra saregana Riestra, Raúl Riestra, quien incide en el que el pasado mes de agosto se logró dar salida a un 80% del producto, comparado con el mismo mes antes de la pandemia. «Junio fue muy malo y en julio tampoco tiramos voladores», matiza. Sin embargo, unos de los aspectos que más preocupa al lagarero es la producción de este año: «Va a venir muy gorda y no vamos a mallar para tener que venderlo después para vinagre».

Sobre el incremento de ventas del periodo estival, Juan Roza, de Sidra Roza, considera que uno de los principales motivos es el aumento de turistas que han visitado la región, pero matiza que uno de los principales ingresos del sector viene de las fiestas veraniegas de los pueblos, que este año tampoco se llevaron a cabo debido a la situación sanitaria. «Confiamos en que el año que viene se puedan celebrar y vendamos más sidra».

Otro de los aspectos que los llagareros consideran «primordiales» para que el sector vuelva a estabilizarse es la reapertura de las barras en los negocios hosteleros. «Nuestro producto se toma, en la mayoría de ocasiones, de pie acompañado de amigos y familiares; es un hecho que se va a vender más», confía Miguel Rodríguez, propietario de Sidra Juan.

Igual de convencido que él se muestra Fran Ordóñez, Copropietario del llagar Viuda de Angelón, quien, además, añade: «Creo que es posible que asumamos la 'cosechona' en la Comarca de la Sidra; sabemos que va a ser grande porque lo estamos viendo, pero confiamos en que no sea como la de hace dos años, que fue una absoluta burrada».

Esta posible acumulación de 'stock' perecedero es el mayor problema que contemplan a corto plazo en Sidra Arbesú. Su dueño, Alfonso Arbesú, explica con detalle que la masificación del producto y acumulación del mismo solo produce que, durante un tiempo, solo se venda sidra atrasada, cuando lo óptimo es poder comercializar «la fresca». Considera que esta situación puede terminar afectando a los precios y atisba un «muy mal año» para los cosecheros. «Los precios están por los suelos y con la manzana pasa lo mismo que a nosotros con los bares, a los que llevamos diez años sin subir el precio de las cajas ya que les perderíamos como clientes», concluye.