Fallece Víctor Cueva, fundador y director del Colegio École durante cuatro décadas

La familia del Colegio École está de luto. Acaba de perder a uno de sus socios fundadores, un referente en el mundo de la educación. Víctor Cueva, fundador y director del centro durante más de cuatro décadas, fallecía ayer a los 80 años. Con una trayectoria siempre ligada a la educación, sus seres queridos le recuerdan como una persona «avanzada a su tiempo» cuyo gran objetivo, personal y profesional, era «trabajar por la inclusión educativa y dar oportunidades a todo el mundo». Su funeral tendrá lugar este miércoles 16 de febrero, a las cinco de la tarde en la iglesia parroquial de San Martín de Cayés, en Llanera.

Víctor Cueva nació en el seno de una familia humilde del concejo de Llanera. En la Venta del Gallo, muy cerca de la ubicación actual del colegio, dio sus primeros pasos. Desde joven tuvo claro que quería dedicarse a la docencia y mientras se encontraba cursando sus estudios universitarios dio clases en la Academia San José de Lugones. Poco tiempo más tarde conocería al amor de su vida, María Elena López, con quien tendría cuatro hijos y pasaría el resto de sus días.

El inicio de la década de los 70 le llevó a tomar la decisión de abrir su propio centro escolar, junto a dos socios y amigos. Escogió la capital del Principado como principal emplazamiento, concretamente la plaza de la Paz, para inaugurar el colegio École Maternelle Francaise, un centro bilingüe en francés. «Este año se cumplen 50 años de su inauguración y él tenía mucha ilusión por celebrarlo», explica su hija y actual directora del centro, María Elena Cueva.

El éxito de su modelo educativo llevó a que las instalaciones ovetenses se quedasen pequeñas en menos de una década. Decidió, entonces, retornar a sus orígenes y establecer la nueva sede escolar en una gran finca de la localidad llanerense de Santa Rosa, que abrió sus puertas en 1983. «Allí se le cambió el nombre al actual; la nueva localización tuvo muy buena acogida entre los padres y se comenzaron a matricular muchos más alumnos», detalla su hija.

A pesar de que nunca ejerció como baloncestista, apostó por el baloncesto y el atletismo como deportes principales para el centro, a diferencia del resto donde primaba el fútbol, ya que consideraba que sus valores «estaban representados en estos deportes». Su implicación fue total y acompañó al equipo por toda la geografía española, cuando consiguieron llegar a la Liga EBA.

Su vida también estuvo marcada por la constante aparición de problemas coronarios, obligándole a pasar varias veces por el quirófano en el HUCA. «Quiero dar las gracias al equipo de cardiología porque sus intervenciones le dieron diez años más de vida, un tiempo que invirtió al máximo con su familia», agradeció Cueva.

Su gran apoyo educativo en el centro, durante sus cuarenta años como director fue Maribel Rubio, que le acompañó hasta su retirada oficial en 2006. En ese momento cedió el testigo del centro a su hija María Elena, que recuerda como su padre siempre le decía que el colegio era «su quinto hijo». Su marcha solo fue testimonial ya que Víctor siempre permaneció vinculado a todas las actividades culturales del colegio, que el año pasado inauguró un salón de actos con su nombre.

La familia del Colegio École pierde, por tanto, a una de sus figuras más emblemáticas, que dedicó su vida a «mejorar la educación» y que estableció las bases del proyecto educativo con el que cuenta hoy el centro.

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