El tirón del Camino Primitivo llena el albergue de peregrinos de Grado hasta septiembre

Pedro Ibáñez, peregrino valenciano, es uno de los hospitaleros -que van cambiando cada dos semanas- y gestionan el albergue de forma voluntaria, sin recibir nada a cambio. «Cuando yo empecé, no había muchos albergues y nos acogían en iglesias y casas. Mi intención es devolver al Camino lo que el Camino hizo por mí», expresa Ibáñez. Su labor es principalmente de limpieza, recepción y ayuda a los peregrinos, además de preparar el desayuno comunitario de cada mañana.

«Los peregrinos suelen llegar frescos a Grado porque es la primera etapa y empiezan desde Oviedo», cuenta Ibáñez, el cual lleva ya veintiocho llegadas a Santiago desde todos los lugares de inicio posibles. El hospitalero está muy involucrado con la causa, tanto, que también acude a Santiago para entregar las Compostelas e incluso tirar de la cuerda del botafumeiro.

El año 2021 estaba estipulado como Año Santo Compostelano. Sin embargo, a causa de la pandemia de la covid-19, el Papa Francisco decretó, de forma excepcional, que se celebrara también en 2022. Según Ibáñez, dicho año «fue récord de peregrinos y en 2023 estamos alcanzando cifras muy altas también». Además, explica que el Camino Primitivo está en proceso de crecimiento: «Sobretodo este, después del Covid la gente quiere salir. Por esta ruta en dos semanas puedes llegar a Santiago, no como con los otros, que se tarda más. Este es atractivo y un poco exigente».

Respecto a las motivaciones para hacer el Camino de Santiago, Ibáñez cree que pueden ser muy diversas, pero «todos los peregrinos tenemos dos mochilas: la que llevamos a la espalda y la que llevamos en el corazón». Ya sea por espiritualidad o por deporte, peregrinos de todas las nacionalidades acuden al albergue de Grado para descansar. «Principalmente tenemos españoles y, en segundo lugar, los que más llegan son estadounidenses porque se está haciendo muy popular allí», cuenta el valenciano. Además, expresa que, de forma llamativa, el Camino se está popularizando mucho en Corea fruto de la traducción de un libro de esta temática al coreano.

«El Camino también da mucha visibilidad a pueblos que de lo contrario estarían muertos», narra. Grado, expresa Ibáñez, no es uno de ellos «porque ya tiene relevancia suficiente». Sin embargo, sí que considera que promueve el turismo y genera una importante riqueza.