La víctima de la agresión de Lugones «sigue mal»

Se cumple una semana desde que un encontronazo en Lugones por una disputa de tráfico desembocase en la trágica pérdida de un ojo para un vecino, M.P., de 57 años, de la localidad a causa de los golpes recibidos por su agresor, un joven de 27 años, J.A.C.L., también de la zona. Este fue detenido como autor de la agresión al día siguiente, desde entonces permanece en prisión. La Fiscalía solicitó su ingreso por «la gravedad de los hechos» y ante el posible «riesgo de fuga».

La familia de la víctima continúa incrédula ante cómo pudo suceder. «No lo estamos llevando bien», ha asegurado su mujer. El hombre ha pasado la semana en el Hospital Central de Asturias con sus allegados preocupados. «Sigue mal», han comentado.

La hija mayor de M.P. relató en declaraciones a este periódico cómo en la intersección de la calle Río del Nora con Antonio Machado, a las cuatro y media de la tarde del pasado domingo, un vehículo conducido por J.A.C.L. «entró a toda leche invadiendo el carril». Su padre decidió entonces llamarle la atención por su imprudencia, «como hubiese hecho cualquier otro conductor». El agresor le contestó profiriendo varios insultos y posteriormente apartó su vehículo de la calzada, se bajó y fue hasta el coche donde se encontraban M. P. y su hija. «Estando todavía dentro, el chaval le pegó una bofetada a mi padre que le dejó sangrando por la nariz; intenté que no se bajase del coche, pero fue una reacción de defensa lógica», abundó.

La joven pensó que su padre solo intercambiaría unas palabras con el agresor y volvería a subirse. Dos personas intentaron mediar sin éxito durante los tensos segundos que tardó el agresor en proferir varios puñetazos que dejaron a M.P. tendido en el suelo con el ojo destrozado. Los que conocían a J. A. C. L. no se sorprendieron, según vecinos «su fama le precedía».

La grabación de una pareja de transeúntes que pasaban por el lugar del trágico suceso fue clave en la identificación del atacante, que abandonó el lugar de los hechos, pero fue detenido el mismo domingo por la tarde por agentes del Cuerpo Nacional de la comisaría de Policía de Siero.

La detención «fue tranquila», no opuso resistencia, tal y como indicaron fuentes cercanas al caso. J. A. C. L. pasó la noche en los calabozos de la comisaría de Pola de Siero, a la espera de pasar a disposición del juzgado de guardia. El pasado lunes, el Juzgado de Primera instancia e Instrucción de Siero dictó un acto de prisión «provisional, comunicada y sin fianza» para él. La Fiscalía pide una pena de entre seis y doce años.