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L. RAMOS
ARRIONDAS.
Miércoles, 8 de julio 2020, 02:15
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Estaban terminando la demolición en la que llevaban algo más de dos meses trabajando cuando se desencadenó la tragedia. Un albañil llanisco de 43 años, Daniel de la Vega, fallecía ayer a mediodía tras recibir un fuerte golpe en la cabeza por parte de un ladrillo que se desprendió, por motivos que se están investigando, en una obra en el número 7 de la calle Argüelles de Arriondas. Su muerte se suma a la de otros diez trabajadores fallecidos en Asturias en lo que va de año, según denunciaron desde Comisiones Obreras. Es, además, el tercer deceso por accidente laboral en apenas cinco días, después de que este lunes muriese por una caída un operario de camión de la empresa Eulen en las instalaciones gijonesa de ArcelorMittal y el viernes falleciese otro trabajador al caerse por el hueco de una escalera en una obra en Cangas del Narcea.
La llamada al 112 Asturias se realizó a las 12.04 horas, explicando que un hombre permanecía tendido en el suelo, inconsciente y sangrando profusamente por la cabeza tras haberle caído encima un ladrillo. De forma inmediata se trasladó hasta el lugar un equipo médico a bordo de la UVI móvil de Arriondas, pero aunque los sanitarios permanecieron una hora tratando de reanimar al afectado, finalmente solo pudieron confirmar su muerte. También se dio aviso a Inspección de Trabajo, la Guardia Civil y la Policía Local de Parres. Tras certificarse el fallecimiento, fueron efectivos de la Policía Judicial de Llanes quienes se encargaron de llevar a cabo la inspección ocular e investigar si el trabajador contaba con todas las medidas de seguridad. El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Oviedo para practicarle la autopsia.
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El fallecido había nacido en Venezuela, pero hace más de una década se fue a vivir a la localidad llanisca de Barro, de donde es originaria su familia. Después de trabajar durante unos años en un camping de la zona, llevaba un tiempo en la empresa Construcciones Fernández Millar, también de Llanes.
Desde el Ayuntamiento de Parres, que había contratado las obras de demolición del edificio ubicado en la travesía de la villa declarado en ruina, el alcalde, Emilio García Longo, se mostraba ayer «consternado». «Todavía esta mañana -por ayer- visité la obra y comprobé que ya estaban dando los últimos retoques tras el derribo y la construcción del cierre perimetral y respiré tranquilo, pues me preocupaba mucho el riesgo que suponía el inmueble para los viandantes, jamás me imaginé que podría suceder semejante fatalidad», reconoció. Quiso trasladar, de parte de toda la Corporación, «nuestro más sentido pésame» a la familia de Daniel de la Vega, y confesó que lo sucedido «es desolador, nos deja desarmados».
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