Coronavirus en Asturias | La situación de Gijón es «estable» y su recuperación será más lenta

La alcaldesa de Gijón, la socialista Ana González, y el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, entre otros, participaron ayer en la que fue la segunda reunión de la comisión de seguimiento de la alerta naranja desde que el lunes se decretase en el municipio esta medida. En el encuentro de ayer se mantuvo la idea inicial de no aplicar nuevas restricciones -como sí se hizo en los tres concejos del Nalón-, por ejemplo a la hostelería, y se precisaron algunas cifras. Como los 454 contagios que el municipio lleva acumulados en los últimos catorce días, 259 de ellos en la última semana. O que siete de los 29 brotes registrados en Asturias en los últimos catorce días tenían su origen en la ciudad, dos de ellos vinculados a sendos gimnasios de la ciudad. De esos 29 focos totales, 22 seguían activos ayer, detalló la Consejería de Salud.

Poco después de dicha reunión, durante una comparecencia ante los medios para presentar la campaña de concienciación sobre las 'burbujas sociales', Rafael Cofiño manifestó que la situación epidemiológica en Gijón en estos momentos «es estable» y aseguró que no se han producido brotes llamativos estos días. De todas formas, advirtió de que el proceso hasta dar por controlada la situación y sobre todo conseguir revertir la situación actual será más lento de lo que fue por ejemplo en los cinco concejos del oriente en los que el Principado estrenó en agosto pasado la fórmula de la alerta naranja como un toque de atención a la población para extremar las medidas de control y protección frente al nuevo coronavirus.

En Llanes, Ribadesella, Cangas de Onís, Cabrales y Cabrales se consiguió reducido prácticamente a la mitad la incidencia de casos en las dos semanas que duró la alerta. Al mes, se había rebajado a un 35%. En cambio, ser la ciudad más poblada de la región, con más de 271.000 habitantes, y recibir a diario a miles de personas más que acuden al municipio a trabajar o estudiar, por ejemplo, parece que no le pone las cosas tan sencillas a Gijón.

Son solo dos de las cuestiones por las que a principios de semana se decidió poner al municipio en alerta. También por el incremento de casos, la tendencia creciente y la distribución de casos de forma extendida por diferentes zonas de la ciudad y no solo relacionados con brotes.

Reconoció entonces Cofiño que la incidencia en Gijón no era «muy marcada» y que la diferencia respecto a la media regional tampoco era abultada. Pero el hecho de que se trate de una zona urbana con mucha densidad de población, con mucha actividad social y una mayor probabilidad de exposiciones de riesgo llevó a Salud a actuar decretando la alerta naranja.