«La solución es traer a millones de inmigrantes y trabajar nuestro orgullo»

El retroceso histórico de población en el campo asturiano en el último siglo muestra cifras difíciles de creer. Cuesta pensar en que Ibias, que hoy tiene censados 1.182 habitantes en 333 kilómetros cuadrados (3,5 habitantes por kilómetro cuadrado, tenía en 1900 nada menos que 7.287 vecinos (tampoco eran tantos, 21,8 habitantes por kilómetro cuadrado), y que en ese mismo momento un puerto como Avilés apenas tenía 12.674 habitantes.

Lo de Ibias se reproduce en todos los concejos de alta montaña. Uno que en los últimos dos o tres años ha comenzado a remontar es Somiedo. Pero sus 1.104 vecinos de 2021 siguen aún muy lejos de los 5.720 con los que empezó el siglo XX o incluso de los 4.056 de 1960.

Su alcalde, Belarmino Fernández, presidente regional de la red Reader, tiene claro que «no bastará con medidas de fomento de la natalidad» para recuperar, a corto o medio plazo, la pujanza demográfica de antaño. Para el corto y el medio, Belarmino Fernández expresa en alta voz algo que sabe polémico: «la solución es traer a millones de emigrantes para trabajar e integrarse como ciudadanos en nuestro entorno rural», y hacerlo «con buenas condiciones laborales y sociales, con una integración plena», afirma, con cierto orgullo, por otra parte, «porque Somiedo se está moviendo. Tenemos en marcha la embotelladora, tenemos emprendedores que demuestran que se puede trabajar para cualquier parte del mundo desde un lugar como Pola de Somiedo, con una buena cobertura de internet, y estamos recuperando la ganadería», además de saber mover los atractivos del concejo, como la presencia del oso pardo, el paisaje de alta montaña e incluso el legado historico como atractivos. «Tenemos que trabajar más nuestro orgullo, creernos más que somos un territorio lleno de ventajas y sabernos vender mejor», resume.

Pero ese convencimiento de que un futuro mejor es posible no es común en toda la zona rural. Por ejemplo, Daniel Martínez, el alcalde de Illano, el concejo con peor evolución entre 1960 y 2021, lo expresa con crudeza: «los que se fueron de aquí, de la zona rural, lo hicieron escapando del hambre, y no volverán».