Sueltan en Fuentes del Narcea una osezna huérfana de seis meses
El ejemplar, al que se le colocó un dispositivo de geolocalización, había sido encontrado el 12 de junio en el río Naviego
MARCO MENÉNDEZ
Gijón.
Domingo, 5 de julio 2020, 01:31
Una cría de oso pardo huérfana, de seis meses y 6,7 kilos de peso, fue reintroducida ayer en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea después de que hubiera sido encontrada deambulando sola, el pasado 12 de junio, en las inmediaciones del río Naviego (Cangas del Narcea). Fueron agentes del Medio Natural, de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial quienes procedieron a liberar el ejemplar en una zona que el personal técnico consideraba que presentaba condiciones similares al lugar en el que fue capturado.
El director general de Medio Natural, David Villar, explicó que a la osezna se le implantó «un dispositivo de geolocalización por GPS y radio VHF, adosado a su pelo en el lomo», lo que permitirá realizar un seguimiento de sus movimientos y verificar que el proceso de reintroducción en la naturaleza se desarrolla de manera satisfactoria.
Los datos recogidos por dicho dispositivo servirán también para conocer la capacidad de supervivencia de crías de oso huérfanas en su primer año de vida. Ello permitirá orientar mejor las gestiones sobre esta especie.
La osezna había sido captada por unas grabaciones realizadas en las cercanías del río Naviego. Los agentes de Medio Natural no lograron localizar al ejemplar ni verificar si había una osa adulta en las cercanías, por lo que se dedujo que la osezna se encontraba aislada. Para capturarla, se procedió a la instalación de varias jaulas, operación que dio su fruto.
Un ejemplar sano
El animal fue trasladado al Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje, donde se le realizó un chequeo y se le tomaron muestras. Se determinó que se trataba de una hembra, de unos seis meses y 6,7 kilos, con buen estado de salud. Fue entonces cuando se le colocó el dispositivo de geolocalización, similar al de la osezna 'Saba', que fue liberada el año pasado en los Picos de Europa.
El periodo de cautividad del ejemplar fue el más breve posible y solo estuvo 24 horas en el Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje, completamente aislada y siguiendo los estrictos protocolos para evitar que tuviera contacto con seres humanos. Eso sí, durante varios meses el animal estará sometido a una estrecha vigilancia, hasta que pierda el transmisor que se le ha colocado cuando se le desprenda del cuerpo al mudar de pelo.
La aparición de crías solas en la cordillera se suele concentrar entre finales de primavera hasta el otoño.