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La televisión, con precios diferentes en cada hospital y casi gratis en la cárcel de Asturias

La región mantiene el sistema de pago por uso que Valencia ya ha suprimido

Ramón Muñiz

Gijón

Sábado, 3 de abril 2021, 08:14

Desde el jueves el HUCA vuelve a exigir el uso de tarjetas de prepago para utilizar la televisión en todas las plantas de hospitalización salvo que las que alojan a pacientes con covid. La decisión ha desatado el enfado entre hospitalizados, familiares, sindicatos y formaciones como Podemos, que ven en ello un «abuso imperdonable». Lo cierto es que el modelo de pago por uso lleva lustros implantado en la red pública de hospitales. La administración se ahorra así el coste de los equipos y su mantenimiento, a cambio de que sean empresas privadas quienes asuman esa tarea y hagan negocio con ella. El resultado genera asimetrías. Las tarifas por hora varían hasta un 80% en función del hospital asturiano en el que termine el paciente. Dato curioso. En la prisión asturiana hay una sala común para ver la televisión, sin coste alguno, y los reos tienen además la opción de adquirir el el economato un equipo para su celda, por 170 euros.

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En realidad Asturias replica en sus hospitales el modelo mayoritario en el país. Cada centro de salud tenía la opción de comprar equipos de televisión y ponerlos gratuitamente a disposición del paciente, o sacar un contrato para que sea una empresa quien asuma la inversión y mantenimiento, cobre, y a cambio le pase un canon. La externalización ha sido la solución dominante en España, pero al sistema se le han abierto grietas. La Comunidad Valenciana por ejemplo anunció en 2019 que asumía la gestión de los equipos para evitar el copago a los usuarios y dar un mayor bienestar a los enfermos; calculó en 1,2 millones el coste que le suponía la medida. La pandemia obligó a aislar a los pacientes y evitar las visitas de los familiares, una situación ante la cual comunidades como Madrid, Andalucía y el propio Principado optaron por llegar a acuerdos con las empresas para suspender el cobro.

En Asturias fue el 4 de noviembre, en plena segunda ola de la pandemia, cuando la Consejería de Salud ordenó desactivar el sistema de cobro en todas las plantas. Ahora la gerencia del HUCA ha revertido la medida, senda que otros equipos directivos valoran tomar en los próximos días. En el HUCA de las televisiones se encarga Isern, empresa que se presenta como «líder europeo en telecomunicaciones para el sector sanitario», con suministro asumido en más de 100 hospitales y 25.000 camas. Solo en Asturias hay 1.950 camas delante de sus televisiones de pago.

El contrato para el servicio del HUCA se celebró en 2014 y solo concurrieron dos empresas; la otra fue eliminada al no cumplir todos los requisitos. El pliego diseñado por Gispasa establece que el precio por usar las televisiones es de 72 céntimos la hora, 2,8 euros por un día entero de visionado, y 7 por una tarjeta de 72 horas. En Cabueñes el contrato que Amber ganó en 2009 fijaba en 40 céntimos la hora y 2,8 euros el día completo. A quienes terminan ingresados en Jarrio y San Agustín les sale distinto el servicio: el pliego fijó el precio en 50 céntimos por hora, dos euros las 24 horas de conexión, y cinco euros la tarjeta de tres días. En Cangas del Narcea el Carmen y Severo Ochoa tiene la hora a 60 céntimos, es el más caro para 24 horas (3 euros) y ofrece una tarifa de siete días (17,5 euros).

Podemos trató de averiguar cuánto le cuesta a los asturianos esta externalización del servicio, y cuánto recauda gracias a ella el Servicio de Salud. La respuesta que en junio de 2020 le entregó la consejería ofrece para algunos hospitales el dato del canon que percibe la gerencia (asegurando que solo la empresa conoce la facturación real) mientras en otros centros sí identifica esa recaudación. Según el documento en el HUCA la recaudación en 2019 por ver la televisión fue de 332.199 euros, mientras en Cabueñes se habría quedado en 50.801 euros. El Álvarez-Buylla por su parte dio una cifra mayor (57.746 euros). El San Agustín reconoce haber facturado vía canon algo más de 34.000 euros, mientras Jarrio se quedó en 4.170. La contestación arroja una suma de más de 500.000 euros en ese ejercicio en los nueve hospitales, entre recaudaciones y cánones.

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