La tercera dosis multiplica por diez los anticuerpos frente a ómicron

La tercera dosis es eficaz a la hora de levantar el número de anticuerpos de las personas mayores y, además, esos anticuerpos tienen funcionalidad frente a la variante ómicron». O lo que es lo mismo: el refuerzo vacunal frente al coronavirus potencia la respuesta inmunitaria a largo plazo. Es la conclusión a la que ha llegado el Instituto de Salud Carlos III en la investigación que está llevando a cabo para determinar hasta qué punto es eficaz el tercer pinchazo contra el coronavirus. Una investigación que se centra en la población de mayores de 65 años.

El Instituto de Salud Carlos III presentaba hace unos días los primeros resultados de este trabajo científico, del que se desprende que la tercera dosis de la vacuna «permite en estas personas un incremento de más de 10 veces de anticuerpos neutralizantes frente a la variante ómicron». Ese incremento, según precisa este organismo público dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, sería incluso «algo mayor frente a la variante delta».

Con este estudio se pretendía conocer cuánto dura la inmunidad inducida por las vacunas, aunque en los últimos meses se ha ido adaptando la línea de investigación para poder analizar, precisamente, cuál es la respuesta inmunitaria tras la administración de la tercera dosis y si la inmunidad asociada a esa profilaxis adicional es capaz de neutralizar a las nuevas variantes de la covid-19. En concreto, a ómicron, cepa predominante después de haberle ganado terreno a delta durante esta sexta ola de contagios.

«Los resultados señalan que los títulos de anticuerpos totales se incrementan tras la tercera dosis de la vacuna, fortaleciendo la inmunidad, y que los anticuerpos neutralizantes también aumentan tanto frente a la variante ómicron como a la variante delta», concluye el Instituto Carlos III, referente nacional en investigación biomédica y salud pública. Un anticuerpo neutralizante es aquel que defiende una célula de un patógeno o partícula infecciosa, bloqueando sus efectos sobre el organismo. En este caso, el patógeno sería el SARS-CoV-2, que es como se denomina técnicamente al virus de la covid.

Se ha observado, además, que «la protección es mayor en personas que ya han pasado el coronavirus». En cuanto a la inmunidad celular -que no viene determinada por los anticuerpos en sangre sino por los linfocitos T-, la investigación identifica «un incremento significativo» en aquellas personas que, además de estar vacunadas con tercera dosis, presentan una infección previa por covid-19. Hasta el punto de que los investigadores del Instituto de Salud Carlos III sitúan a dichas personas «dentro de una zona de seguridad inmunológica».

Este organismo público sostiene que, en el grupo de población de 60 a 79 años, quienes se han vacunado contra el coronavirus presentan «16 veces menos de probabilidades de acabar hospitalizados, 29 veces menos de ingresar en la UCI y 20 veces menos de fallecer». Las dos gráficas que acompañan esta información muestran la evolución descendente de la mortalidad y los ingresos hospitalarios a medida que iba avanzando la campaña de inmunización contra la covid y crecía la cobertura vacunal de la población.

Las primeras conclusiones de la investigación que realiza el Carlos III se dan a conocer después de que el Gobierno autorizase la tercera dosis a partir de los 18 años. Inicialmente, esta profilaxis adicional estaba indicaba únicamente para inmunodeprimidos, mayores de 70 años y residentes de geriátricos. La horquilla se ha ido abriendo a medida que los contagios se iban disparando durante la sexta ola, la más explosiva desde el punto de vista de la propagación del virus. No así desde el punto de vista de las hospitalizaciones o la mortalidad. Asturias se encuentra entre las comunidades con mayor ritmo de vacunación, dentro y fuera de España. Fue, de hecho, la primera en alcanzar el porcentaje de cobertura fijado por el Gobierno como óptimo.