Transportes eleva a 563,7 millones el coste de la renovación que prepara en el tramo Lena-Gijón

En 2013 Adif confeccionó el «Nuevo modelo de desarrollo de los corredores de alta velocidad», documento interno que apostaba por racionalizar inversiones. En territorios que son final de línea, como Asturias, argumentaba que por el volumen de demanda y las dificultades orográficas, tenía menos sentido hacer variantes. En su lugar la idea era mejorar el tendido existente y confiar en que la evolución de los trenes de rodadura desplazable mejorasen las prestaciones sobre tramos en ancho ibérico.

Ese es el esquema que se ha seguido y explica lo que ocurrirá el 21 de mayo. Lena-Gijón, columna vertebral de la red convencional asturiana, está sin embargo llamada a empezar en breve una transformación. El ministerio y Adif maduran proyectos de mejora para ser ejecutados en diferentes fases. Al margen del plan de vías de Gijón, la inversión estimada ha ido subiendo hasta los 563,7 millones y hay obras para ejecutar durante diez años.

Dos son los acicates de esta modernización. De un lado el grado de obsolescencia y saturación de la infraestructura urgían reparaciones y ganar capacidad en determinados puntos. A ello se suma las consecuencias de que la UE incluyera en 2021 al tramo como parte del Corredor Atlántico. Esa condición fija objetivos de mejora con un calendario pautado. El Parlamento Europeo acaba de renovar el reglamento que rige la cuestión, añadiendo deberes.

De los pasos que va a dar en esa dirección, Transportes acaba de dejar pistas en una respuesta a los senadores del PP asturiano; los parlamentarios tienen una batería de preguntas para auditar la planificación estatal en Asturias y en este caso querían saber cuándo y cómo se recortarán los tiempos de viaje entre Lena y Gijón. El ministerio contestó que «la renovación de La Pola-Gijón contempla una inversión global de 293,7 millones». A ello hay que sumar la futura variante de Villabona, aún en fase de estudio informativo, y estimada en otros 270 millones.

La más madura es la renovación de Lena-Oviedo, con 99,7 millones. El proyecto técnico se aprobó hace un año y está prevista su licitación este curso. Se llegó a decir que la obra duraría cuatro años de obra, si bien el plan final se negociará con el adjudicatario para minimizar cortes de tráfico.

El tramo será objeto de una mejora de las instalaciones de seguridad, con 41,4 millones más. La idea es dejarlo preparado para el sistema ERTMS, el más moderno y que incrementa la capacidad de tráfico; el nuevo reglamento de la UE fija que su activación debe lograrse en 2040 a más tardar en tramos renovados.

En paralelo se lanzará, por 20 millones, la renovación integral del túnel del Padrún. Adif aprovechará esta puesta al día que era necesaria para ponerle ambición. El proyecto prevé aumentar el gálibo para permitir el paso de vagones con semirremolques P400, esto es, cuatro metros de altura. Eso casa con el reglamento de la UE, que exige que en 2040 la línea sea apta para operar servicios de autopista ferroviaria.

La modernización de la estación de Pola de Lena, en fase de definición, llevará 5,8 millones. Para la de Oviedo, Adif está madurando una adecuación a los nuevos tráficos de alta velocidad en la que echará el resto, con 52,6 millones.

Al norte todo está pendiente de la variante de Villabona, pieza clave. El ministerio cuenta con un borrador de estudio informativo al que, a petición del Principado, introducirá reajustes de trazado para minimizar las expropiaciones. Luego tocará lanzar la tramitación ambiental y después la redacción de proyecto, con lo que aún queda un mínimo de tres a cuatro años de papeleo antes de licitar las obras.

Concretar el trazado permitirá desbloquear dos actuaciones más: la renovación integral de los túneles de Villabona, de 20 millones (que debería dejar gálibo de autopista ferroviaria) y una renovación integral de Oviedo a Gijón, estimada en 52,6 millones.

Entre los objetivos de esta mejora por capítulos siempre se situó que el tren tarde cinco minutos menos de Lena a Oviedo, y otros cinco de Gijón a Oviedo, que haya trenes directos de Avilés a Gijón en ancho ibérico e incrementar la capacidad de la infraestructura. También hacerla apta para composiciones de 740 metros de longitud y servicios de autopista ferroviaria. Las mejoras en las estaciones de Lena y Oviedo aspiran a sacarle más partido a la línea. Llega el tiempo de ir pasando del papel a la realidad de los tajos.