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Viajeros en la estación de trenes de Gijón el pasado fin de semana. CAROLINA SANTOS

El turismo echa el freno y cae un 5% en julio, el mayor retroceso en ocho años

El Gobierno admite «una ralentización» ante la recuperación de destinos como Turquía pero dice que busca compensarlo con «la calidad»

LUCÍA PALACIOS

MADRID.

Martes, 4 de septiembre 2018, 03:05

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El turismo de sol y playa que tan buenos números había dado a España, marcando récord tras récord durante los últimos cinco años y convirtiéndose en uno de los grandes motores de la recuperación económica, podría estar tocando techo. La principal razón hay que buscarla en el frenazo que se ha experimentado en los principales mercados, como son Reino Unido, con una bajada del 5,6%; Francia, que redujo sus visitantes un 11,4%; y Alemania, con otra caída del 6,2%. Entre los tres suman casi la mitad de los turistas venidos de fuera, que ahora se sienten atraídos por otros destinos que habían descartado en los últimos años, principalmente Turquía, aunque también Túnez o Egipto, entre otras regiones del Mediterráneo. El miedo a atentados terroristas se va aplacando y en España no pueden competir con sus precios, más si cabe tras la depreciación de la lira, que abarata hasta un 50% los viajes a Turquía.

Así, en el mes de julio el país recibió 10 millones de visitantes internacionales, lo que supone un 4,9% menos que en el mismo mes de 2017, según los datos publicados ayer por el INE. Esto representa la mayor caída desde abril de 2010, cuando las llegadas internacionales se redujeron un 13% pero por una razón ajena: la erupción de un volcán islandés paralizó durante dos semanas el tráfico aéreo en Europa. Ahora este fuerte retroceso preocupa todavía más por no haber factores externos que hayan influido y por darse precisamente en uno de los dos meses de mayor actividad del año. De esta forma, por primera vez en los últimos años, durante el verano no solo no se marca otro de los récords a los que ya se había uno acostumbrado (en julio de 2017 se registró una subida del 10%), sino que para colmo es la mayor caída en ocho años.

Este 'pinchazo' provoca además que los datos acumulados a lo largo de los siete primeros meses del año prácticamente se estaquen. Y es que hasta julio cerca de 47,1 millones de turistas internacionales visitaron España, lo que supone un leve crecimiento del 0,3%. Habrá que esperar a conocer las cifras de agosto, el mes más fuerte del verano, pero la advertencia lanzada desde el Instituto de Turismo de España (Turespaña) en su último informe, en el que avisó de que 2018 podría cerrarse ya no solo «con un crecimiento muy moderado», sino incluso «nulo o negativo», comienza a cobrar peso.

2018 puede cerrarse con «un crecimiento muy moderado, nulo o negativo», dice Turespaña

El propio Gobierno admitió ayer esta «ralentización», pero trató de quitarle importancia resaltando que la apuesta del Ejecutivo es por un turismo de calidad, y no tanto de cantidad. «Vamos a apostar por una estrategia basada en la calidad, siendo conscientes de que efectivamente vamos a tener una ralentización de los flujos, la estamos teniendo», reconoció la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, durante un encuentro en Santander. «Tenemos destinos muy saturados y eso está ocasionando problemas de convivencia con el residente. Tenemos que diversificar flujos», defendió Maroto, que resaltó que, pese a todo, son «muy buenos datos», ya que el acumulado de julio marca un nuevo récord.

Un 3% más de gasto

Además, la ministra hizo hincapié en que es «una buena señal» que, pese a la bajada de turistas, el gasto haya aumentado un 3%, algo que achacó a que «poco a poco» las medidas que toma el Ejecutivo en esta materia «van a ir hacia ese modelo de calidad». En definitiva, que no pasa nada porque vengan menos turistas a España, siempre y cuando los que vengan gasten más. Y, para ello, habrá que ofrecer algo diferenciado.

Y es que la factura total que han dejado los visitantes internacionales hasta julio asciende a 50.691 millones, un 3% más que en el mismo periodo de 2017, aunque también a este respecto julio deja peores cifras que un año atrás, ya que el gasto en este mes se redujo un 0,9% hasta los 11.747 millones.

A su vez, la estancia media también bajó 0,4 días en julio, con lo que se sitúa en 7,7 días, un 4,8% inferior a la de 2017. La duración de la estancia mayoritaria es la que oscila entre cuatro y siete noches, opción que escogieron más de 4,4 millones de visitantes, lo que supone una caída interanual del 4,2%. Mayor fue el retroceso de aquellos que pernoctaron más de 15 noches (-11,8%), mientras que aumentaron un 0,4% los excursionistas que no se quedaron ni una noche.

El principal destino turístico sigue siendo Baleares, adonde acudieron uno de cada cuatro turistas, seguido de Cataluña, que se llevó otro 23,9%; y Andalucía, con un 13,3% de las visitas. En estas tres regiones se redujeron las llegadas, en mayor medida en Cataluña, con una caída del 6,7%, lastrada además por la inestabilidad política; de hecho, Alemania advirtió a sus ciudadanos recientemente de las posibles tensiones que se pueden generar en Cataluña por las manifestaciones de la Diada del próximo 11 de septiembre y del aniversario del referéndum del 1 de octubre.

Pero esto solo no es excusa, ya que también bajaron los turistas otro 6,9% en Valencia y un 5,6% en Canarias. Por el contrario, Madrid experimentó una fuerte subida del 6,7%. En Asturias tampoco está siendo uno de los mejores veranos; en julio, por ejemplo, el sector turístico regional perdió más de 3.300 reservas diarias por la meteorología. Y en agosto, la oferta superó a la ocupación pese a los llenos registrados en ciudades como Gijón durante la Semana Grande, algo que se achaca, además, al incremento de plazas por las Viviendas de Uso Turístico.

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