La UE se fija como prioridad acelerar el AVE en las grandes ciudades y así afectará a Asturias
La Comisión aprueba una nueva hoja de ruta que incluye entre sus metas favorecer la competencia y eliminar barreras como las que ahora dificultan a las empresas que compiten con Renfe llevar viajeros al norte de León
La Comisión Europea aprobó un Plan de Acción Ferroviario de Alta Velocidad, documento que funciona como nueva hoja de ruta de las políticas e ... inversiones que priorizará en adelante Bruselas.
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Actualmente todo se basa en unos reglamentos que perfilan la red ferroviaria de mejora prioritaria, estableciendo diversos grados de importancia, y pautando las mejoras técnicas que cada segmento debe alcanzar en 2030, 2040 y 2050 a más tardar. Sobre el papel, ese mapa deja en buena posición a Asturias, al incluir el segmento Gijón-León como parte del Corredor Atlántico, uno de los ejes que deben tener los más elevados estándares en 2030. Sin embargo una vez abierta la variante de Pajares la tramitación para adaptar a la alta velocidad León-La Robla, Lena-Oviedo y Oviedo-Gijón va al ralentí y no hay un cronograma para extender la vía de ancho estándar (o internacional) al norte de León.
El Plan de Acción indica que según las estimaciones del sector, materializar en la UE la red prioritaria de alta velocidad marcada para 2040 «costará alrededor de 345.000 millones» mientras que ir a otra más ambiciosa por encima de los 250 kilómetros por hora «podría costar 546.000 millones de aquí a 2050». «La financiación pública por sí sola no será suficiente», asume. Y ello a pesar de que la propuesta de la Comisión es duplicar en el periodo 2028-2034 el presupuesto reservado para la red prioritaria, llegando a los 51.500 millones, frente a los 25.800 actuales.
La nueva hoja de ruta empieza a dibujar formatos de colaboración público privada para desbloquear obras pero ajusta bien su objetivo: se quieren resolver los tramos que están quedando retrasados en la conexión entre grandes ciudades y en espacios transfronterizos. El objetivo, identifica, es que desde Madrid se tarde tres horas en llegar a Lisboa (frente a las nueve actuales) y seis a París (en lugar de las nueve y media de ahora).
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Desde el punto de vista de Asturias es interesante que la Comisión dice estar ya trabajando para resolver los obstáculos «que siguen impidiendo el acceso a nuevos operadores» al mercado, entre ellas las «costosas inversiones en material rodante» y las «barreras infraestructurales». Son expresiones con las que puede encajar el objetivo de extender el ancho estándar.
La próxima etapa que marca Bruselas en el calendario es mediados de 2026, cuando cada coordinador de corredor deberá identificar los principales obstáculos a remover en sus ejes.
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