La UE obliga a España a que los trenes circulen al menos a 160 kilómetros por hora entre Gijón y Lena
Los Veintisiete acuerdan acelerar los plazos para concluir en 2030 la red transeuropea de transportes, que incluye el ramal noroeste del Corredor Atlántico
La variante de Pajares ha permitido acortar en una hora el viaje en tren a Madrid, que ha pasado de hacerse en 4 ... horas y 44 minutos a 3 horas y 40 minutos. De ellas, sesenta minutos son los que ahora mismo se emplean en recorrer la distancia que hay desde Pola de Lena hasta Gijón. El motivo, la infraestructura ferroviaria que está funcionando, que solo permite a los trenes circular a una velocidad máxima de 130 kilómetros, aunque de forma efectiva -el estado de la vía en tramos y las paradas que se hacen- la velocidad media en este tramo no supera los 60 kilómetros. Sin embargo, la UE ha puesto deberes a España para mejorar estos tiempos. La Comisión Europea impone a nuestro país adaptar el tramo Gijón-Lena para que el ferrocarril pueda circular a una velocidad de al menos 160 kilómetros por hora antes de 2040.
Esta es una de las medidas incluidas en el acuerdo entre el Parlamento Europeo y el Consejo -del que forman parte los jefes de Gobierno de los países miembros de la UE- para acelerar los plazos para concluir la red transeuropea de transporte, en la que se incluye el ramal noroeste del Corredor Atlántico, del que forma parte el tramo Gijón-León-Madrid, en 2030.
El primer punto de los acuerdos de obligado cumplimiento por los países de la UE se encuentra la disminución del tiempo de los viajes en las líneas ferroviarias de pasajeros de la red principal y de la red transeuropea. Para ello, los trenes de pasajeros que circulen por ella deberán hacerlo a una velocidad de al menos 160 kilómetros por hora de aquí a 2040. La velocidad a la que deben circular los mercancías deberá ser de al menos 100 kilómetros por hora, según el acuerdo.
El nuevo calendario para que la UE tenga completada la red transeuropea de transporte. De esta forma, la Presidencia española de la Unión Europea ha acordado con el Parlamento comunitario completar esta malla en 2030 como la fecha tope para estar completada de forma íntegra. Es decir, y así hace especial hincapié el documento, deben estar completadas en ese año las conexiones transfronterizas de los Corredores Atlántico y Mediterráneo. Son, precisamente, los que están en peligro, tras los retrasos anunciados por el Gobierno francés. Cabe recordar que estas demoras llevó a los gobiernos de Asturias, Galicia, Cantabria y País Vasco a crear el pasado mes de marzo el lobby del Cantábrico, con el fin de forzar a Francia a cumplir los tramos del Corredor Atlántico que discurren por su territorio.
La conclusión, de esta manera, del ramal noroeste del Corredor Atlántico supone un impulso para la Zona de Actividades Logísticas de Asturias (ZALIA). Uno de los objetivos de esta malla transeuropea no es solo facilitar la movilidad de pasajeros por tren, sino también el de mercancías. En el caso del eje del Noroeste la idea es la de que los principales puertos del Norte estén conectados por ferrocarril y, por ello, se plantea hacer un ramal entre la ZALIA y El Musel.
Impulsar la ZALIA se sitúa, pues, como una de las prioridades del Principado y la coloca el Ministerio de Transportes en el grupo de infraestructuras estratégicas del corredor. Más aún tras la apertura de la varienta de Pajares el pasado 29 de noviembre, que ha facilitado que varias empresas de León del sector logístico hayan empezado a operar desde El Musel.
Además de incrementar las velocidades en las líneas que formen parte de la red transeuropea de transporte, el acuerdo suscrito entre el Parlamento y Consejo Europeo establece como otra obligación que todos los aeropuertos con tráficos anuales superiores a los 12 millones de viajeros «tendrán que estar conectados por ferrocarril de larga distancia». Es decir, Asturias tendría una conexión con el aeropuerto de Barajas.
El acuerdo suscrito no es definitivo. Ahora, los trabajos sobre el texto proseguirán a nivel técnico y, una vez concluidos, la Presidencia española transmitirá el texto a los representantes de los Estados miembros para su aprobación definitiva.
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