Los últimos avances tecnológicos permiten al HUCA mejorar el tratamiento de ictus

Accidente cerebrovascular isquémico es aquel que se produce cuando un coágulo obstruye del flujo sanguíneo en el cerebro de forma súbita. Los especialistas explican que se debe intervenir en menos de cinco horas para evitar males mayores. Cuanto más tiempo se tarde, más daños se producen en el tejido encefálico y, por tanto, las secuelas del trombo serán mucho más severas. Para mejorar los resultados médicos frente a los ictus isquémicos, el HUCA ha incorporado tecnología de última generación, que supone un avance sustancial en la realización de trombectomías quirúrgicas.

¿Y qué es una trombectomía? Una cirugía que permite la extracción del coágulo que bloquea el riego sanguíneo -ocasionando lo que popularmente se conoce como infarto cerebral- y la reparación del vaso afectado. Un procedimiento que se lleva a cabo a través de cateterismo, técnica mínimamente invasiva que ahora puede apoyarse en imágenes radiológicas de máxima resolución. Hay pacientes con una lesión severa en el cerebro que logran recuperarse por completo gracias a esta intervención.

El objetivo: «Extraer el trombo lo antes posible para que el tejido cerebral se daña menos y así evitar o minimizar las secuelas», explica Pedro Vega, responsable de la sección de Neurorradiología Intervencionista del HUCA, una de las unidades médicas que se ha visto beneficiada por los últimas mejoras tecnológicas que se han incorporado a la sanidad pública asturiana con ayuda de fondos europeos. «Las técnicas quirúrgicas han evolucionado mucho, pero necesitas tener a tu disposición tecnología y equipos con calidad adecuada para ponerlas en práctica y obtener los mejores resultados», añade.

Envejecimiento

Asturias es, hoy por hoy, la comunidad autónoma con la mayor tasa de hospitalizaciones por ictus de toda España. Así que cualquier avance en el tratamiento de esta enfermedad cerebrovascular supone un paso de gigante. «Han aumentado los casos, pero también es verdad que ahora se diagnostica más y los protocolos extrahospitalarios funcionan muy bien», apunta el doctor Vega, que dirige un equipo humano del que forman parte cuatro médicos y quince enfermeras.

En torno al 75% de los casos de ictus que llegan al HUCA son isquémicos. El 25% restante es de origen hemorrágico, es decir, el vaso sanguíneo afectado se rompe y sangra dentro del cerebro, ocasionando un daño irreparable. Los casos de patología cerebrovascular son cada vez más frecuentes en la población de entre 40 y 50 años, pero, a falta de que se haga un análisis más profundo de la situación y se actualicen los datos estadísticos, los especialistas de Neurorradiología entienden que esta tendencia «podría ser algo circunstancial».

Pedro Vega apunta, en este sentido, que el ictus «sigue siendo una enfermedad asociada al envejecimiento de la población». Pero existen otros factores de riesgo que pueden favorecer o desencadenar este colapso cerebrovascular como el sendentarismo, la obesidad y padecer cardiopatías, hipertensión, diabetes o colesterol, dolencias con gran prevalencia también en Asturias.