La Universidad de Oviedo se organiza frente a los ajustes presupuestarios y la llegada de las privadas
«Vienen tiempos difíciles», advierte el rector, que llama a la comunidad a «dar la talla» ante la competencia
Ha conseguido la Universidad de Oviedo, defendió ayer su máximo dirigente, Ignacio Villaverde, 'sanarse', esto es, equilibrar el presupuesto, la investigación y la ... matrícula. Ha logrado tener unos nuevos estatutos listos para ser aprobados, mejorar en transferencia, atraer alumnado de fuera de Asturias y de España, tener un plan de infraestructuras que va a dar a las facultades de Llamaquique el doble del espacio que tienen ahora, alcanzar importantes acuerdos internacionales, solventar el atasco que sufrió el área de Investigación... Pero que nadie vea en todo ello, insistió varias veces el rector, ni una gota de complacencia. Porque «vienen tiempos difíciles», dejó claro Villaverde en el Claustro celebrado ayer. Por un lado, «volverán las reglas de estabilidad presupuestaria que pesarán sobre nuestras cuentas y disponibilidad económica». Una situación económica que Villaverde consideraba medianamente buena gracias al acuerdo de financiación firmado con el Principado, pero que está muy por debajo de lo que estuvo en 2009, por ejemplo, tal y como se recordó ayer.
Pero es que a eso se sumará una situación totalmente novedosa para la institución académica. «Vienen nuevos competidores a nuestro territorio que tratarán de presentarse como instituciones universitarias de superior calidad a la universidad pública de Asturias, que somos nosotros. Y dirán que somos una universidad anticuada y anquilosada. Vienen tiempos en los que debemos dar la talla, una vez más». Y aunque insistió el rector en que «no tenemos que tener ningún miedo porque por la Universidad de Oviedo es muy sólida y muy competitiva», sí dejó claro que habrá que defenderse y prepararse ante el «deslumbramiento» que la oferta privada puede provocar, pese a que «las hay de todo tipo, algunas más serias, otras menos serias y otras que no se pueden llamar ni universidad».
Por el momento, las interesadas en Asturias son la Universidad Europea, que se instalará en Gijón como tal, «una universidad»; la Nebrija, con un centro adscrito para Avilés y Villaverde hizo saltar las alarmas al asegurar que «hay alguna otra propuesta», algo que hasta ahora se desconocía. Sea como fuere, para todas ellas, el rector marcó una clara «línea roja»: «Los fondos públicos van para la universidad pública, no para la privada. Si no, saldré de mi habitual tono conciliador». Se mostró dispuesto Villaverde incluso a olvidar la vieja enseñanza de su abuela de que «se gana más lamiendo que mordiendo».
En cuatro horas de Claustro dio tiempo para mucho más: para dejar claro que hay que revisar la oferta de másteres y atreverse a acabar con los que «llevan años sin matrícula», por ejemplo. Para anunciar que el plan de Investigación podría incluir el próximo año contratos postdoctorales. Y para aceptar que los planes de desburocratización y digitalización no han funcionado.
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