«Emergencia energética» en la Universidad de Oviedo
La institución, obligada a apagar la calefacción, cerrar edificios y reducir horarios para abaratar costes y garantizar la actividad a partir de julio
«Emergencia energética». La Universidad de Oviedo afronta sin paños calientes la situación por la que atraviesa la institución académica, al igual que el resto ... de instituciones y familias asturias, debido al incremento de los costes de la electricidad y el gas. Ya había adelantado el rector que se estaba estudiando un paquete de medidas, que ha sido trasladado esta mañana al Consejo de Gobierno. Medidas absolutamente necesarias ante unos incrementos que han «desbordado todas las previsiones» y que vienen para poder garantizar la actividad ordinaria de la Universidad hasta final de año.
Lo primero será apagar la calefacción, algo que siempre se hacía el 30 de abril y que esta vez sucederá el 31 de marzo. Eso irá acompañado de cierres quincenales de los servicios en verano, así como de una semana durante la Semana Santa y otra en diciembre. También se limitarán al máximo los actos en los fines de semana, solo se organizarán los estrictamente necesarios y se celebrarán, además, en los edificios que sean energéticamente sostenibles. Ha hablado Ignacio Villaverde de reducir horarios y de concentrar las jornadas de trabajo para mantener los edificios universitarios abiertos «el tiempo indipensable».
La cuestión es que, en este momento, la Universidad gasta 18.000 euros diarios en calefacción por la subida de precios. La factura de luz y gas en el mes de febrero fue de casi 800.000 euros. El deslizamiento del gasto respecto al presupuesto es ya de casi dos millones de euros y puede llegar a duplicarse esa cifra. Afrontar ese gasto extra de casi 4 millones o incluso más, en el peor de los casos, complicaría seriamente la gestión universitaria.
La Universidad de Oviedo sigue la línea que ya han iniciado las universidades de Baleares y Zaragoza.
Vienen, ha reconocido Ignacio Villaverde, «semanas de sacrificios» en la Universidad. Toda la comunidad deberá concienciarse para «apagar las luces, apagar los ordenadores y racionalizar los horarios de trabajo». Solo así conseguirá la institución no tener que llegar a medidas extremas, como pedir ayuda al Principado.
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