«El plan de la Escuela de Minas es más del Principado que de la Universidad»
«Siempre se ha intentado el ataque. Lo barajó el SOMA y también la FSA. Solo vivimos un periodo de tranquilidad, con Javier Fernández»
Habla pausado. Con calma, pero con contundencia. Lo sucedido en el Consejo Social de la Universidad no le ha pillado en absoluto por sorpresa, pero, ... a su juicio, le da más argumentos para mantenerse en su postura: que la decisión de «extinguir, que no trasladar» la Escuela de Minas de Oviedo es política y no universitaria, que hay desde hace tiempo intención de «arrinconar» al centro y que «hay un interés muy profundo en hacer las cosas rápido». Francisco Javier Iglesias, director de la Escuela de Ingeniería de Minas, Energía y Materiales de Oviedo («de Oviedo, no de la Universidad de Oviedo, llama la atención), seguirá en su cargo para defender lo que considera justo: que la Escuela se quede en la ciudad que le da nombre.
–¿Cuál es la sensación después de que el Consejo Social haya apoyado los planes de la Universidad, que incluyen el traslado de la Escuela?
–Ya preveíamos lo que iba a pasar tanto en el Consejo de Gobierno, como en el Consejo Social. La Universidad y el Principado tienen una amplia mayoría en el órgano. Al menos uno de los sindicatos siempre ha estado detrás de llevarnos a Mieres. Y los empresarios (que se abstuvieron) son una pequeña minoría. Teníamos poco que hacer.
–El alcalde de Oviedo dijo estar «decepcionado» con algunos consejeros. ¿Usted también?
–Estoy agradecido por la posición de alguna persona que se ha opuesto a esto que llaman traslado pero que no lo es.
–Defiende que va a ser la extinción de la Escuela.
–¿Dónde voy a colocar allí el cartel de Escuela de Ingeniería de Minas, Energía y Materiales de Oviedo? En ninguna parte. Los alumnos dicen 'soy de la Escuela de Minas de Oviedo'. Y así, es imposible que esté en Mieres. Así que no es un traslado.
–Insisten en que todo se debe a razones políticas. ¿Cuáles y por qué?
–Desde que se construyó el campus de Mieres, siempre hubo la intención de traslar los estudios allí. Fue una idea que barajó el SOMA y también la FSA. Estamos convencidos de que esa idea ha perdurado a lo largo del tiempo. Solo disfrutamos de algunos años de tranquilidad, durante la presidencia de Javier Fernández, que era ingeniero de Minas, y que nunca quiso entrar en esta polémica. Pero, salvo este periodo, siempre se intentó el ataque.
–Es un proyecto que han tenido sobre la mesa varios rectores.
–Es cierto. Pero me gustaría decir que los dos anteriores, Santiago García Granda y Vicente Gotor, han apoyado la idea de no trasladarnos. Granda, en el mismo momento en que iniciamos la recogida de firmas, compartió la iniciativa en sus redes sociales. Si dos personas que han estado al frente de la Universidad opinan así, tendría que hacer pensar que quizás no está tan mal donde está la Escuela.
–¿Por qué cree que Ignacio Villaverde sí ha dado el paso que otros rectores no pudieron o no quisieron?
–Estamos muy sorprendidos. No sabemos si lo ha hecho por la buena sintonía que tiene con el Principado. La diferencia que hay respecto a anteriores ocasiones es que, hasta ahora, los intentos de ataque venían del Principado y los rectores trataban de defender la independencia universitaria. En este caso, el intento viene del propio rector y el mismo día en que lo anuncia sale el Principado apoyando el plan.
–Insiste en que no hay un plan económico.
–No lo hay. No solo hay que mover centros, sino habilitar esta Escuela, en la que durante muchísimos años no se ha hecho ninguna inversión. La Universidad tiene problemas para pagar la factura energética. ¿De dónde va a salir el dinero?
–¿Ha hablado con el rector en estos últimos días?
–Me enteré por los medios de comunicación de la decisión. Pedimos una reunión y nos la concedieron para unos días después. Ese es el diálogo que siempre ha habido. No hemos vuelto a hablar. El anuncio nos cayó como un jarro de agua fría, porque el rector siempre había prometido, en campaña, que Minas permanecería en Oviedo. Incluso hablamos de cambiar el nombre de Tecnologías Mineras porque no refleja las salidas profesionales en energía y materiales.
–¿Le recordó todo eso en su encuentro? ¿Qué le dijo?
–Me dijo que lo habíamos entendido mal.
–¿A qué cree que se debe el cambio de opinión entonces?
–Para seguir manteniendo una buena sintonía con el Principado o por presiones de otros centros.
–¿En su opinión, el traslado es más un plan del Principado que de la Universidad?
–Sí, creo que es más un plan del Principado, en su tradicional intento por movernos, aunque nunca podremos estar seguros.
–Dicen que van a seguir luchando. ¿Qué posibilidades tienen?
–Tienen que presentar el expediente de extinción y fusión de centro, ver si son creíbles los plazos y cuál es la dotación económica. Y cuentan con que en Mieres vamos a ser bien recibidos y que hay espacio para todos, pero no lo tengo claro.
–¿El qué? ¿Que haya espacio o que les vayan a recibir bien?
–Las dos cosas. No hay laboratorios duplicados, tenemos equipamientos distintos, así que habrá que hacer hueco. Y para crear una Escuela nueva habría que dejar todo el espacio en el aire y empezar a organizar. ¿Cómo lo sentirá quien tiene su despacho y su laboratorio?
–¿Ha hablado con Mieres?
–Desde el cambio en el equipo directivo hay muy buena sintonía. Pero cada Escuela tiene su cometido y lucha. La Escuela de Mieres provenía de una antigua escuela de capataces, formaba profesionales especialistas en cada uno de los ámbitos de nuestra profesión. Pero la nuestra da una formación generalista, que es muy bien recibida por las empresas.
–¿Ha pensado en dimitir?
–Si digo que no lo he pensado, miento. Pero considero que debo estar aquí. Esto acabará con la dimisión de uno de los dos, y no creo que sea el rector. Acabará con la extinción del centro o con el fin de mi mandato.
–Pero quedan tres años, ¿cree que llegará la extinción antes?
–El rector tienen un interés muy profundo de hacer las cosas rápidamente. Quedan trámites largos, todo depende del empeño que él quiera poner.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión