La velutina muta para adaptarse

La vespa velutina está causando estragos. Es un hecho asumido por todos y la preocupación aumenta. Los expertos han observado, además, que este pequeño insecto está empezando a mutar para adaptarse mejor al entorno asturiano. Así lo indica un estudio de la Universidad de Oviedo que será presentado próximamente y que revela que «la avispa asiática se adapta a Asturias perfectamente. Se ha visto ya que ha experimentado cambios fisiológicos como diferencias en la coloración», explica David Villar, director general del Medio Natural. Los expertos están, entretanto, más cerca de encontrar un método para «la lucha biológica» contra esta especie invasora.

Hasta que se llegue a ese punto, el Principado se centra en el trampeo y la destrucción de nidos. El pasado miércoles se entregaron 5.000 trampas a todos los concejos asturianos para que sean colocadas de manera ordenada. «Ya están nombrados todos los coordinadores municipales y pretendemos tener, por primera vez, una red de muestreo fija. Dispondremos de una malla de trampas para conseguir información científica de cómo vienen y se comportan en Asturias las avispas asiáticas». Esa malla se ha diseñado con el apoyo de la Universidad de Oviedo y no puede ser cuadriculada, debido a la orografía asturiana, sino que se ha elaborado siguiendo un método estadístico que se ajusta a las peculiaridades de la región.

Esas 5.000 trampas ya entregadas, que se podrían ver incrementadas en otras tantas en unos meses, comenzarán a ser colocadas de forma inmediata, casi un mes antes de lo habitual, pero siempre bajo la coordinación del centro que el Serida tiene en La Mata (Grado). El Principado busca la implicación de cuantas más entidades mejor. David Villar resaltó la existencia de «una gran coordinación con Gijón, que no recibe tantas trampas y la malla que han elaborado se adaptará a nuestro método de trabajo. Pretendemos hacer una campaña informativa muy potente para que la gente nos diga dónde hay nidos. Nos gusta hablar de corresponsabilidad, porque es un problema de todos». Además de entidades como la Plataforma Stop Velutina, se han implicado otras como el acuartelamiento Cabo Noval, la asociación de apicultores Promiel o empresas forestales. Además, es fundamental trabajar en coordinación con Cantabria y Galicia.

La preocupación es muy grande. El director general reconoce que la Unión Europea está muy atenta a este problema, pero es necesario recabar datos científicos durante unos dos años para remitirlos al Gobierno español y que este pueda solicitar de las autoridades comunitarias que se declare como plaga la presencia de la vespa velutina. Hay que tener en cuenta que «cuando las avispas asiáticas llegan a una zona, lo primero que hacen es comerse a todos los polinizadores que vuelan, como abejorros, abejas o mariposas».

La planificación del Principado para este año es iniciar cuanto antes la fase de trampeo de primavera, una vez que todos los ayuntamientos reciban las trampas, para entre mayo y junio comenzar con la exterminación de los nidos activos. Pero ¿cómo resultó la campaña de 2019? Los números son muy elocuentes. Se colocaron 3.609 trampas en 73 de los 78 concejos asturianos, con una densidad media de 0,35 trampas por kilómetro cuadrado. Las mayores densidades se colocaron en Tineo, Gijón, Soto del Barco, Navia, Coaña, El Franco y Cabrales, a más de una trampa por kilómetro cuadrado. Este trampeo logró la captura de 15.717 reinas fundadoras y los concejos en los que capturaron más de 20 reinas por trampa fueron los de Peñamellera Baja, Ribadesella, Grandas de Salime, Ribadedeva y Peñamellera Alta.

En cuanto a los nidos de vespa velutina, más de la mitad de los avisos se realizaron a través de la aplicación Avisap. El total de avisos fueron 6.071, de los que fueron verificados 5.767. Estaban activos 5.175 nidos, inactivos 416, no eran de velutina 68 y otros 98 no fueron localizados. De los 5.175 nidos activos fueron destruidos 5.124 y los otros 51 no se pudieron retirar porque en la mayoría no eran accesibles debido, por ejemplo, a dificultades orográficas, excesiva altura del nido o riesgo para la seguridad de los operarios encargados de la retirada.

David Villar espera que la campaña de este año sea mejor. Reconoce que hasta ahora faltó coordinación, pero «pretendemos aprender de los errores en la medida que podemos», puntualizó.