«Vivo sola y estoy estupenda en mi casa. No quiero ir a ninguna residencia»

«Tengo 81 años, pero no los aparento». Una carcajada rubrica una afirmación innecesaria. Nadie diría al verla que es octogenaria. Luisa, que prefiere ocultar su identidad y lugar de residencia, es una de las 64.100 asturianas mayores de 65 años que viven solas. Es, también, una de las participantes en la campaña 'No me llames soledad' que la Federación Asturiana de Concejos (FACC) ha puesto en marcha para visibilizar el problema de la soledad e impulsar el envejecimiento activo.

Para Luisa, esa última parte es clave. «No puedes quedarte parada. Yo salgo a diario, por la mañana y por la tarde, para hablar con las amigas, tomar un vino, jugar a las cartas. Es muy importante estar activa».

Tanto como «seguir en mi casa. Yo vivo sola desde hace diecisiete años y estoy estupenda aquí», en referencia a un hogar que rechaza abandonar. «No quiero ir a ninguna residencia. Tengo alguna amiga que ya vive en ellas, debido a problemas de demencia, pero yo no quiero ir». Porque, explica, «estoy estupenda. Necesito algo de ayuda en la casa y, por ejemplo, la compra me la traen, pero me gusta salir, leer, estar con las amigas. La moda. Somos muy de comprar ropa», asegura.

Como tantas de su generación, trabajó hasta su matrimonio. «Me gustó mucho hacerlo, aprendí muchas cosas». Ahora, feliz con sus hijos independientes, asegura que la más independiente es ella. «Mi hija me llama todas las mañanas y le digo 'Sí, hija, estoy viva'», bromea. Aunque por seguridad prefiere guardar el anonimato, asegura no tener miedo: «Vivo sola, pero muy tranquila».