Fahime despide a la plantilla y dice que no puede pagar la indemnización

Tal y como había anunciado la víspera, Fahime entregó ayer la carta de despido a los noventa y dos trabajadores en plantilla a excepción de seis asignados a tareas de administración, cuyo cometido sería cerrar la empresa. Esgrime razones económicas y advierte de la imposibilidad de hacer efectiva la indemnización -a razón de veinte días por año trabajado- por falta de liquidez, derivada de la situación económica que cita como causa del expediente de extinción que ha desembocado en los despidos. En señal de desacuerdo, ningún trabajador firmó la carta. La empresa también les comunicó que ya había ingresado la nómina de octubre y advirtió verbalmente de que tampoco está en disposición de abonar la liquidación.

El comité ratificó su determinación de mantener el encierro indefinido de los trabajadores en las instalaciones fabriles y de impugnar el expediente de extinción. «Fahime sí tiene viabilidad, no es cierto que el cierre sea la única salida. Hay otras alternativas», aseguró un portavoz del comité, palabras que fueron ratificadas por el secretario general de Industria de CC OO de Asturias, Damián Manzano.

«El grupo cuenta con las instalaciones, la tecnología y la maquinaria necesarias para mantener el negocio y asegurarse carga de trabajo», añadió el dirigente sindical, que acusa a la dirección de haber realizado una «mala gestión, incluso intencionada, para llevar a la empresa a la liquidación y despedir a la plantilla».

Durante la visita que realizó ayer a los trabajadores, Manzano exigió un plan de viabilidad y la búsqueda de alternativas al cierre, «como la aplicación de un expediente temporal». El secretario general de MCA-UGT, Eduardo Donaire, también se personó ayer en las instalaciones de Fahime, ubicadas en el polígono de Logrezana (Carreño), para expresar su apoyo a los trabajadores y exigir soluciones alternativas al cierre.

Reunión con Industria

El comité de empresa tiene previsto mantener hoy miércoles una reunión en Oviedo con el director general de Industria «en la que esperamos que también esté presente el consejero», Francisco Blanco.

Fabricados Hidráulicos y Mecánicos S. L., Fahime, es una empresa del sector del metal dedicada a la fabricación de bienes de equipo. Los problemas comenzaron tiempo atrás y se precipitaron a finales del año pasado, cuando, acuciada por las deudas y la falta de carga de trabajo, presentó un expediente de regulación temporal de empleo en vigor desde el 1 de enero que afectó al 80% de la plantilla y más recientemente, el de extinción.

La plantilla expresó su rechazo desde el primer momento, «tanto por las condiciones como por la ausencia de una fórmula de viabilidad», al tiempo que reclamó una vía de salida para salvar la empresa y los 92 puestos de trabajo. El comité también acusó a la dirección de «cometer errores de gestión» que condujeron a la actual situación.

Tras varias reuniones en las que la empresa reiteró que ante la falta de liquidez, de crédito y de carga de trabajo la única posibilidad es el cierre, los trabajadores iniciaron el pasado día 3 un encierro que, según ratificó ayer el comité, se mantiene de manera indefinida. «Vamos a seguir el tiempo necesario porque esta empresa sí tiene viabilidad», reiteró su portavoz.

La carta de despido entregada ayer «dice que el expediente de extinción es por razones económicas y calcula una indemnización a cada trabajador en base a la antigüedad y una base de cotización diaria. En la última hoja es cuando dicen que les resulta imposible pagarla». En cuanto a la liquidación, cuyo cobro también queda en el aire, «hay que incluir los diez primeros días de octubre, otros quince por no realizar el preaviso y la parte correspondiente a la paga extraordinaria», precisó el portavoz del comité.

Andrés Fernández es el administrador único de Fahime, grupo integrado por una serie de sociedades que gracias a sus innovación tecnológica llegó a convertirse en una de las pymes punteras del sector en la comarca, con una plantilla que en su día superó los 120 trabajadores.