Las Ampas de Avilés aprueban que no se deje a nadie atrás y no se avance materia nueva

Resignación. Es el sentir general en las asociaciones de madres y padres (Ampas) de los centros escolares avilesinos ante la interrupción abrupta del curso escolar y un fin de curso con cada vez menos interrogantes. Saben ya que la norma será el aprobado general (aunque en el lenguaje oficial de la Consejería de Educación se enuncie con un eufemismo) y se insta a retomar los contenidos no impartidos este año el próximo curso. ¿Es la mejor solución? Posiblemente, opinan desde las Ampas, conscientes de que hacerlo de otra manera puede dejar atrás a muchos alumnos.

«Esta situación ha demostrado que no estamos preparados para la educación online y seguir avanzando materia como si lo estuviéramos puede dejar a algunos estudiantes descolgados», advierte Jesús San Millán, presidente de la asociación del instituto de educación secundaria Número 5, subrayando que emite su opinión personal. «Antes, con la oficina abierta, era más fácil la comunicación con los padres, ahora solo conozco la impresión del círculo más cercano, a pesar de que estamos intentando llegar a las familias a través del correo electrónico», reconoce.

En cualquier caso, su apreciación es la que impera entre los presidentes de las Ampas consultadas. Porque, como sigue ilustrando San Millán, no se trata solo de economías vulnerables, sino de situaciones familiares complejas. Domicilios en los que puede haber un ordenador y un tableta para, por ejemplo, dos hijos y dos padres que pueden estar teletrabajando. Al final, dispositivos y velocidad de conexión son insuficientes o pueden llegar a saturarse en horarios que, además, son coincidentes.

En permanente contacto con las direcciones de los colegios e institutos, el jueves se reunieron además telemáticamente con la concejala de Educación, quien les transmitió la intención del Ayuntamiento de colaborar en la medida de lo posible con las necesidades que se detecten, principalmente suministrando material pedagógico a aquellos alumnos que estén teniendo dificultades para acceder a él.

Es en las Ampas de los institutos donde se vive con algo más de «incertidumbre» el desenlace de este insólito curso. Principalmente por el alumnado de 2º de bachillerato y una prueba de evaluación de fin de ciclo (EBAU) que «cuanto más lejos se ponga, mejor», opina Mónica Huerta, presidenta en el IES de La Magdalena. Ya tiene fecha (entre el 30 de junio y el 2 de julio), pero «como madre, veo a mi hija muy perdida, atiborrada de ejercicios, muchos sin explicación, y en bachiller ya estamos hablando de otro nivel», explica. Comprende que esta situación sobrepasa a todos, incluidos profesores y familias, por eso le gustaría «que se volviera al aula».

Esa fue, precisamente, una de las preguntas que se le formularon a Nuria Delmiro. A expensas siempre de lo que decrete el Ministerio de Sanidad, la concejala de Educación, se mostró favorable a regresar siempre que se pueda hacer con garantías. Sea para una o dos semanas.

Aida Menéndez, presidenta del Ampa del colegio público de Sabugo, cree que lo decidido hasta el momento «es la mejor opción» y reconoce que no es fácil adoptar medidas que satisfagan a todo el mundo. También reconoce que es más fácil asumir esta situación con hijos en el segundo ciclo de infantil o en primaria que en otros niveles. «El año que viene habrá que adaptar el curso para que se pueda impartir la materia que no se ha dado este, porque bastante han tenido ya los críos como para alargar el curso», opina.

La secunda Manuel Cabrera, del colegio público Versalles, que cree que los «profesores podrían encargarse desde ya de programar lo que buenamente puedan».