El Ayuntamiento de Avilés asegura que la «única respuesta al auge de los pisos turísticos es la regulación»

Ante la dificultad de establecer una normativa municipal que contribuya a limitar el crecimiento de este tipo de alojamientos, que el Consistorio considera que están reduciendo la oferta de viviendas en alquiler residencial y, por tanto, contribuyendo también a encarecer los precios de las mensualidades, sólo queda esperar «a que se desarrolle la legislación autonómica y se regule desde el Principado».

Mientras tanto, Solís recomienda a las comunidades de vecinos «que hagan una reflexión y que se nieguen a la implantación de pisos turísticos en sus bloques, poniéndolo en sus estatutos, que es la herramienta de la que disponen».

La concejala reconoce, no obstante, que el problema de la vivienda no se debe a un único factor, y por eso debería tratar de atajarse desde varios frentes, y por ello plantea una reorientación de la política de vivienda porque «hasta ahora ha estado muy enfocada en poder ofrecer un piso público a las personas más desfavorecidas, pero ahora tenemos que enfocarnos en dar solución a todos los estratos sociales con políticas complementarias».

En ese enfoque se encontrarían, por ejemplo, los pisos para jóvenes de La Luz, que ya están ocupados casi en su totalidad, y otras iniciativas similares que el Ayuntamiento quiere poner en marcha a corto o medio plazo. «En Asturias se han hecho cosas que no han sido acertadas, como construir vivienda pública de protección y venderla para que, en unos años, pase al mercado libre y sirva para especular», lamenta Solís, que cree que «se ha controlado poco».

El objetivo debería ser, según explica, «crear un parque de viviendas en alquiler asequible para que los trabajadores pueda tener una vivienda sin preocuparse de no poder pagarla y que les puedan echar de su casa».

Solís es partidaria de buscar fórmulas que contribuyan a abaratar los precios de los alquileres más que a perpetuar unas ayudas que «deberían ser algo puntual, porque a veces lo que ocurre es que favorecen que suban los precios». Solís considera que «si los alquileres fueran asequibles, las ayudas apenas harían falta».

Y a la situación actual ha contribuido, según la concejala, «el hecho de que se esté promocionando la vivienda como una inversión». Asegura estar «muy preocupada por quienes vienen a especular y por la elevada demanda de segundas residencias». Lo primero provoca que suban los precios, y lo segundo, que haya pisos vacíos buena parte del año. «No queremos casas vacías, pero necesitamos herramientas», concluye Solís, que confía en que la regulación del Principado pueda comenzar a solucionar el problema.