Los cruceristas del Scenic Eclipse llenan la mañana dominical en Avilés
Mientras la ciudad aún se desperezaba, los viajeros más madrugadores la tuvieron a su entera disposición
No es el primero ni el segundo crucero que atraca en el muelle del Niemeyer, pero el imponente tamaño del 'Scenic Eclipse', el barco que este domingo ha atracado en Avilés, dejaba una estampa que difícilmente se resistía a ser inmortalizada por los teléfonos móviles de los paseantes. Los más puristas, con cámara de fotos y teleobjetivos, se apostaron desde diferentes ángulos para lograr la mejor instantánea.
Los cruceristas, por su parte, han desembarcado en un Avilés que tardó en despertar. Ha sido un domingo 'perezoso' y por eso los estadounidenses, británicos y algún australiano que viajan en el barco fueron casi las únicas personas que se dejaron ver paseando relajadamente por el casco histórico o tomando algo en las terrazas de la Plaza de España. Al menos, hasta la hora del vermú.
No fueron muchos, porque no todos decidieron quedarse en Avilés, pero se les identificaba bien. Salieron excursiones hacia Gijón (dos autobuses), una hacia Oviedo y otra hacia Luarca y Cudillero. Las visitas guiadas que se ofertaron por Avilés lograron formar dos grupos y luego fueron algunas decenas los que decidieron salir por su cuenta y riesgo. En el caso de Joe y Misty Manson, de Carolina del Sur (Estados Unidos), porque «queremos relax». Al fin y al cabo para eso son unas vacaciones. Es la primera vez que visitan España y no solo el crucero, recomendando por una amiga que tienen en una agencia de viajes, sino los lugares que están conociendo son «fantásticos». A su favor está que venían sin expectativa alguna, así que salían a recorrer Avilés dispuestos a dejarse sorprender. También por la gastronomía porque, a diferencia del matrimonio Di Lea, de Inglaterra, tenían pensado buscar un restaurante por la ciudad.
Andrew Di Lea justificaba la tranquilidad de la ciudad porque era domingo, pero de momento lo que había visto le había gustado y no se arrepentía de haber renunciado a la excursión que en principio tenía pensado hacer junto a su mujer a Oviedo. Aunque tienen casa en Alicante y vienen tres veces al año, el norte es nuevo para ellos.
Algunos salían a la aventura y otros con uno de los mapas que Andrea Gayol, de la Oficina de Turismo, les suministraba en la carpa que la Autoridad Portuaria instaló a la salida del muelle. La mayoría de quienes salieron a conocer la ciudad por su cuenta aceptaron de buen grado las indicaciones de la joven que estuvo hasta las dos de la tarde. A partir de esa hora los pasajeros fueron regresando al barco escalonadamente. Los que más tarde llegaron fueron los que optaron por una excursión fuera del municipio.
En coincidencia con su salida, una pareja de gaiteros amenizó la última hora del 'Scenic Eclipse' en la ciudad, una singularidad muy celebrada por los pasajeros con habitaciones cuyas ventanas daban el Centro Niemeyer. El barco pone ahora rumbo a Bilbao y terminará ruta en Dublín previo paso por Pasajes de San Juan, Burdeos, Concarneau y Hugh Town. El crucero partió el jueves de Lisboa e hizo escalas en Vigo y Ferrol antes de llegar a Avilés. En total, doce días de viaje con un coste aproximado de unos cinco mil euros.
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