«Esperamos una buena costera de bonito porque hay bocarte y sardina»

Un año más Avilés vivirá, en principio en los primeros días del próximo mes de junio, su particular subasta del 'campanu' del Cantábrico cuando regresen los tres barcos que ayer salieron del muelle pesquero en busca del primer bonito de la temporada. Los avilesinos 'Berriz Amatxo' y 'Esmeralda Tercero' lo hicieron a primera hora de la tarde, mientras que el vasco 'Goenkale', que un año más les acompaña en esta aventura, ya lo había hecho a primera hora de la mañana y les esperaba ya por la tarde-noche en Burela para continuar viaje juntos hacia la costa portuguesa, donde esperan tener suerte y encontrar pronto los primeros bancos del túnido.

Las condiciones sociosanitarias marcadas por la pandemia del coronavirus hicieron que las horas previas a pie de las embarcaciones no se vivieran con la misma intensidad que otros años, y solo unos pocos familiares de patrones y marineros estuvieron en el muelle en el que los dos barcos avilesinos fueron aprovisionándose de hielo y cargando el combustible mientras esperaban por los permisos de Capitanía Marítima y llegaban los últimos víveres para los próximos días en alta mar.

Los días previos también estuvieron marcados por la crisis sanitaria. Toda la tripulación fue sometida a los test de coronavirus y ayer Fidel Álvarez Garaot, patrón del 'Esmeralda Tercero', aseguraba que todos habían dado negativo en las pruebas, con lo que no han tenido que dejar a ningún tripulante en tierra en el último momento.

Estas fueron 'las novedades' provocadas por el Covid-19, pero otras cosas cambiaron, como el hecho de que en cada una de las dos embarcaciones se haya incorporado a la tripulación un joven de la Escuela de Náutica. Se estrenarán así en esta pesquería que les obliga a pasar como mínimo dos semanas embarcados lejos de casa y que cuenta con particularidades al tratarse de pesca artesanal.

Fidel Álvarez Garaot, experto marinero junto a su hermano Iván, que dirige la otra embarcación familiar, cree que la costera del bonito este año «va a ser buena porque está habiendo mucho bocarte y sardina, y los años que se pesca mucho bocarte hay también mucho bonito», afirmó esperanzado antes de zarpar.

El año pasado se vivió una buena costera, de las mejores desde hace tiempo. Aunque como sucediera en la anterior, la campaña se cerró antes de terminar agosto al terminarse el cupo asignado. En la lonja avilesina se subastaron 1,6 millones de kilos desde que el 30 de mayo la primera tina del preciado pez del Cantábrico, traída por las tres embarcaciones que iniciaron ayer la costera, alcanzara un precio de 330 euros el kilo.

Los 1,6 millones de kilos que se rularon en la ciudad supusieron un 30% más que en 2018 y la misma cantidad que las campañas de 2017 y 2016 juntas. Fue, además, el 69% del total subastado en toda Asturias, 2,3 millones de kilos.

Los patrones del 'Berriz Amatxo' y el 'Esmeralda Tercero' ya atesoran una larga experiencia en la búsqueda y pesca del primer bonito de la temporada. Saben a dónde se dirigen, a doscientas millas al oeste de las islas Azores, una zona en la que a estas alturas del año suelen estar los túnidos.

En sus bodegas llevaban provisiones para un mes, aunque Fidel Álvarez Garaot espera poder estar a principios de junio ya de vuelta con su primera carga para cumplir con el ritual de dar el pistoletazo a la costera. Quizá unos días antes ya haya partido el grueso de la flota en busca del bonito que llega a las mesas en el mes de junio y en los últimos años solo lo hace también en julio y agosto, no como hace un quinquenio, cuando lo habitual era que la pesquería siguiese abierta incluso hasta el mes de octubre.