El gasómetro 1 se salvará de la piqueta

La fórmula que se empleará para garantizar que el gasómetro se queda en pié es un convenio que firmará Sepides, la sociedad dependiente de Sepi que es propietaria de todas las infraestructuras de la antigua Ensidesa, con el Ayuntamiento de Avilés.

Será un convenio urbanístico de contraprestación económica. Esa es la figura del ordenamiento urbanístico que se va a utilizar y que en la práctica supone que Sepides va a ceder al Ayuntamiento la parcela en la que se ubica el gasómetro 1 dentro del desarrollo del plan para la construcción del nuevo área industrial.

Una modificación del Plan General de Ordenación Urbana, como la que es necesaria para convertir en un nuevo polígono el área de las baterías de cok, implica obligatorias cesiones de suelo al Ayuntamiento o su compensación si así se decide. En el caso del Parque Empresarial Principado de Asturias, las parcelas cedidas en la zona permitieron la construcción de espacios como naves nido, el centro tecnológico de Idonial, la sede de la Fundación Metal que hoy ocupa la creciente investigación de ArcelorMittal o más recientemente la nueva sede de la Escuela de Arte.

Las cesiones de este tipo de parcelas no deben incluir cargas económicas, es decir, que debería cederse el terreno sin nada en su interior, pero eso no es lo que quiere el Ayuntamiento. El equipo de gobierno socialista quiere conservar un gasómetro, algo que ya había incluido en su programa electoral, de ahí que el convenio vaya a tener una cláusula que compense la cesión de este terreno con cargas.

Es decir, que Sepides además de ceder el suelo que ocupa el gasómetro también fijará una compensación económica que cobrará el Ayuntamiento y que «nos permitirá asumir el mantenimiento del gasómetro», explicó el concejal de Promoción Económica, Manuel Campa, sobre este acuerdo que solo necesita cerrar algunos flecos para poder concretarse.

«Nuestro programa electoral incluía la conservación de un gasómetro y también decía qué queremos hacer con el suelo de baterías, no engañamos a nadie. El trabajo de estos meses de la alcaldesa y los técnicos ha ido en esa dirección», afirmó el edil socialista, satisfecho con el acuerdo logrado para conseguir que un gasómetro pueda salvarse después de meses de conversaciones y negociaciones con Sepides, cuyo presidente fue claro desde el primer día sobre el interés de la sociedad por demoler estos depósitos dado el alto coste que tendría mantenerlos.

También es muy claro el concejal de Promoción Económica sobre el uso final del gasómetro. En la zona se han recuperado otras instalaciones más de la antigua Ensidesa y todas han tenido un destino empresarial y no como museo o centro de divulgación de la historia industrial de Avilés. Pues bien, el equipo de gobierno socialista cree que el gasómetro, y otros edificios que se puedan recuperar en este área, tenga el mismo uso, «queremos que sea recuperado para una actividad productiva», aclaró Manuel Campa.

En este sentido recordó que este nuevo suelo se convertirá en un área industrial, de ahí que tenga sentido que la actividad que pueda instalarse en el gasómetro sea también productiva. Dentro del ámbito de los antiguos terrenos de Ensidesa todavía resta también por desarrollar la denominada Isla de la Innovación, más cercana a la ciudad, y en donde tendría más encaje actividades de tipo servicios.

Con la decisión ya tomada de la conservación del gasómetro 1, ahora toca comenzar a trabajar en buscar fórmulas de financiación para su conservación y también para la adecuación que pueda necesitar en el futuro. Según apunta el concejal de Promoción Económica, eso es algo en lo que trabaja el Ministerio del que depende Sepides, con mayores recursos humanos para ello, a la vez que busca también fondos con el objetivo de tratar de que la construcción del PEPA2 pueda abaratarse en lo más posible y de esta forma garantizar precios competitivos de las parcelas que salgan a la venta una vez desmanteladas las baterías de cok y urbanizada la zona.

En el ámbito de los 350.000 metros cuadrados de terreno de las baterías de cok se salvará el gasómetro, pero también lo harán seguramente otros edificios. Ese es el estudio que ultima Sepides para conocer el estado de cada uno de ellos, así como costes de recuperación si se decidiera hacerlo.

Ya en enero el presidente de Sepides, Antonio Cervera, apuntó la posibilidad de que se conserven los antiguos almacenes generales, que también podrían tener un uso para la instalación de una empresa o varias en su interior. Además, según señaló Manuel Campa, también Química de Nalón (la primera empresa instalada en la zona aprovechando la depuradora de las baterías) ha mostrado interés por mantener dos de las edificaciones que se encuentran en la parcela en la que opera y en donde prevé crear su división de investigación. Uno de ellos es la subestación eléctrica.

Se unirían así a otros que ya han sido recuperados como la Acería Siemens y los hornos de fosa, que forman parte de las naves industriales del grupo Daniel Alonso, o el parque de bomberos que hoy es el parque de servicios del Ayuntamiento. Otros edificios e infraestructuras de la antigua Ensdiesa quedan en pié, pero todavía sin uso concreto.