¿Por qué preocupa la cantidad de gaviotas en Asturias?
Las poblaciones de gaviota patiamarilla disminuyen en los espacios naturales del litoral de Asturias mientras crecen en las ciudades, una situación que preocupa tanto por su impacto medioambiental en la costa como por los problemas de convivencia que ocasionan en los entornos urbanos
La costa de Asturias cuenta con dos especies encargadas de mantener cierto equilibrio en el ecosistema: la gaviota patiamarilla y la corneja. En los años 80, la gaviota inició un proceso de migración hacia las ciudades costeras y parte del interior por la existencia de vertederos incontrolados que aportaban una fuente de alimentación más segura que en el litoral. La llegada de las gaviotas a las entornos urbanos como los de Gijón, Avilés o incluso Oviedo genera desde el principio problemas de convivencia, lo que ha motivado diferentes campañas de retirada de nidos de las aves que, sin embargo, no han logrado reducir su población. Aunque en Avilés los criterios de recogida de los datos no son homogéneos por las fechas de inicio de los contratos, la conservación de la población es evidente.
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Pero mientras las poblaciones de gaviotas crecen en los entornos urbanos, al igual que en muchas zonas de Europa, caen en los espacios naturales. «En algunos lugares se especula que se debe a enfermedades por la gripe aviar, pero no hay constancia de que en Asturias sea por ese motivo», explica César Álvarez Lao, del grupo naturalista Mavea.
La disminución de la población en los espacios naturales ha generado las primeras alertas entre los naturalista: «Cuando una especie desaparece en un ecosistema siempre sucede algo, porque sus funciones dejan de cumplirse y suele provocar problemas», explica Álvarez Lao.
Medidas de control en las ciudades
En los espacios urbanos, las sucesivas campañas de control público no han logrado reducir significativamente la población de gaviota patiamarilla y, a pesar de las quejas ciudadanas por las molestias con la comida y el ruido, la patiamarilla comienza a desarrollar funciones de control natural de otras poblaciones como las palomas. «Cada vez más especies de fauna se incorporan a las ciudades. Son espacios muy seguros, con pocos depredadores y alimentación. La gaviota es el único depredador y ayuda a contener a otras especies», expone el naturalista.
Por ese motivo, desde el grupo Mavea plantean un cambio en el abordaje del control de la población de gaviotas. Se trataría de permitir los nidos e intervenir sólo en aquellos puntos conflictivos frenando la reproducción con la impermeabilización con parafina de los huevos o la retirada de los nidos antes de la puesta.
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Además de actuar sobre los nidos, habría que profundizar la educación ciudadana para frenar la alimentación incontrolada, incluso llegar a multar a los vecinos que no respetasen las prohibiciones de alimentar a los animales o en la gestión de las basuras.
De momento, integrantes de Mavea ya se han entrevistado con responsables de los ayuntamientos de Avilés y Gijón para trasladar sus planteamientos. En el primer caso no han recibido ninguna respuesta; en Gijón, en cambio, se ha transmitido un interés y la posibilidad de modificar un sistema que los naturalistas consideran ineficaz.
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Reproducción de las gaviotas
En Asturias, hay registradas más de quince especies de gaviotas, si bien la única que cría de manera regular es la gaviota patiamarilla (Larus michahellis), llamada así por el color de sus patas. Los ornitólogos se refieren a ella como 'pati'.
Finales del invierno.
finales del invierno, las gaviotas comienzan su periodo de celo y forman las parejas. A menudo, son las mismas año tras año. APrimavera.
En marzo, las gaviotas localizan la zona en la que criarán y en abril construyen su nido. Ponen sus huevos en mayo e incuban durante un mes.Junio.
A lo largo de junio se producen los nacimientos de los polluelos. En los primeros días, la marca roja que encuentran en el pico de sus padres será el único punto que lleguen a distinguir, ya que en él encontrarán la comida que necesitan.Julio.
Pasarán 45 días hasta que el plumón se convierta en una joven gaviota con un plumaje marrón. En la segunda mitad del mes de julio, los pollos comienzan a volar. En pocas semanas, serán completamente independientes.Verano.
Una vez que ya no dependen de los ejemplares adultos, las gaviotas nacidas en entornos naturlaes, abandonan las colonias de cría y emigran hacia el oeste, a Galicia y Portugal. No obstante, muchas de las que crían en las ciudades permanecen en ellas todo el año, pues cuentan con recursos suficientes.El primer invierno es una fase crucial y muchas gaviotas no lo superan. Las supervivientes mudan su plumaje y comienzan a perder el color marrón. Necesitará cuatro años para ser adulta, mudando de plumas dos veces al año. No será hasta el tercero año de vida cuando comiencen a reproducirse, aunque lo normal es que sea exitosa hasta el cuarto. La gaviota patiamarilla más vieja conocida en Asturias alcanzó los 17,5 años.
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Créditos
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Redacción de texto Fernando Del Busto Avilés
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Ilustración Natalia Vivar Gijón
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Coordinación y edición Isabel Gómez Gijón
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