«Llevamos doce años con este problema»

El problema viene de lejos, pero ni la justicia ni la política ni la policía les da una solución. Esta última, si acaso, un poco de compasión. Una comunidad de propietarios de la calle Navarra, en La Carriona, ya no puede más. «Llevamos doce años con este problema», lamentan. El problema es una familia que ocupa ilegalmente uno de los pisos y, según aseguran los vecinos, podría estar vendiendo droga. Las idas y venidas de sus miembros al Centro Penitenciario de Villabona lejos de reconducir la situación inciden en un agravamiento de la convivencia porque, según explican los vecinos, «cuando salen parece que vienen 'crecidos'».

La mayoría de los propietarios son mujeres que plantan cara a las amenazas y los gestos de que las van a rajar o matar. «Quieren que nos marchemos de aquí, pero yo llevo más de cuarenta años, mucho antes que ellos, no lo van a conseguir, aunque me estén quitando la salud», afirma una de ellas. Se saben el bando perdedor, pero se niegan a marcharse, entre otros motivos porque quién querría comprarles un piso que actualmente está devaluado.

«Esa vivienda en la que está esta familia pertenece a otro gitano que tuvo que huir después de que un familiar tuviera un problema. Creemos que vive en Mieres. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que tuvo que abandonar este piso y poco después fue ocupado ilegalmente por esta gente que no solo no paga un euro sino que tiene la desfachatez de hacer la vida imposible al resto de vecinos», explican.

Se han cansado ya de llamar a las puertas de la justicia. Los denuncian por un delito leve de amenazas y salen absueltos «porque acaba siendo su palabra contra la nuestra», eso en el caso de que acudieran al juicio a defenderse. Porque ni eso. No lo hicieron el pasado mes de diciembre ni tampoco en julio.

Para ellos es tan habitual llamar a la policía como bajar al supermercado. «Los llamamos cada dos por tres, la propia policía nos insistió en que lo hiciéramos porque esto no se puede aguantar. Como ellos no duermen porque venden la droga por la noche, se dedican a llamar a nuestra puerta a diario», aseguran.

Dicen que se han reunido con el jefe de la Policía Local, con Vipasa, con la Asociación de Vecinos de La Carriona, incluso con la alcaldesa Mariví Monteserín. «Y nada, de las buenas palabras no pasamos», lo que les está haciendo plantearse ir un poco más allá. «Somos mayores, pero no nos van a quedar otra que plantarnos con una pancarta frente al Ayuntamiento, necesitamos una solución», claman.