«Mancha, ¡mancha! que difuminar es de cobardes»

Isaac Sánchez cuenta tan bien las historias que es capaz de que parezca graciosa la de sus padres, un drama de huida en tiempos difíciles, cuando su madre, una «monja franquista», se escapó del convento para huir con su padre, un «cantaor comunista». Una parte de las viñetas que le han hecho famoso cuelgan en las paredes de la Casa de Cultura y ayer las recorrió en compañía de sus seguidores, que no perdieron detalle de múltiples anécdotas sobre su vida y obra.

Estaba ilusionado porque desde pequeño conoce las promociones y los anuncios de estas jornadas que se celebran en Avilés y, unos minutos antes de comenzar la visita guiada a su exposición, manifestó a este periódico que desde muy pequeño dibuja y escribe. «Lo único que pido, por pedir algo como un sueño, es que mis historias lleguen al máximo de gente posible, es todo lo que quiero, ir mejorando y llegar a comunicarme con todo el mundo si hace falta», aseguró.

Nació en Badalona en 1981 y fue el pequeño de seis hermanos. Se crió en el restaurante de sus padres donde pintaba encima de un frigorífico. De ahí nació su gran historia, 'Baños Pleamar', un homenaje a su padre ya fallecido. Ha querido resaltar tanto aquel lugar que cuando la trama del cómic sale fuera del propio restaurante no existe ningún paisaje.

Con diecisiete años comenzó a trabajar para Linea Laberinto, de Planeta Agostini, y ayer contó que lo despidieron porque se enteró por la radio que iban a suspender la publicación de cómics. y él llamó en directo a la emisora para interesarse y contar que estaba trabajando para ellos. Ahora cuenta con un «pedazo» de estudio en Madrid y desde una gran mesa narra y dibuja porque más que dibujar, en realidad, «lo que me gusta es narrar, y para mí el dibujo es una herramienta para narrar la historia, sólo que mi lenguaje es a través de las viñetas», aseguró.

Los recuerdos son protagonistas en sus trabajos y quiere demostrar que la memoria distorsiona la realidad. 'El regreso del hombre pez, 'Taxus' El Don' y Baños Pleamar' conforman ya su bibliografía. Tiene en marcha 'La intención de la medusa' y 'Mi mejor año'.

Su estilo, sus aguadas y sus entintados, son muy reconocibles y eso le otorgan un estilo propio que no se encuentra en otros autores. «No son ni mejor ni peor, pero hay trazos y formas que si te acostumbras a ellas se sabe que son mías y eso es lo que hace interesante la narración gráfica».

En ese sentido, contó durante el recorrido por la exposición, cómo Luisa, su profesora de dibujo, le invitaba a manchar el papel de tal manera que llegó a decirle: «Mancha, mancha, que difuminar es de cobardes».

A Isaac Sánchez no le hace gracia que transformen los cómics en película porque considera que son lenguajes diferentes. «El cines está muy limitado sólo tienes la pantalla y además te marca un tiempo, no puedes congelar la escena siguiente», relató en este sentido, para terminar diciendo que «el cine es el hermano pequeño del cómic», lo que levantó, una vez más la risas de sus acompañantes.

Su obra es un camino largo y difícil, «ejemplo de vida en la carrera profesional» porque «el éxito no te abraza a la primera y si te rindes se te escapa de los brazos», según contó sobre el viñetista Jorge Iván Argiz, el codirector de las jornadas.

• Temas
• Cómics
• Avilés