El Palacio de Balsera será la gran pinacoteca
El Ayuntamiento estudia ya la adecuación de espacios para abrirlo al turismo y albergar la colección de obras municipales y exposiciones temporales
La cultura avilesina siempre ha manifestado su anhelo de tener un gran espacio de exposición artística, algo que, a pesar de los continuos intentos del ... Ayuntamiento, nunca ha visto satisfecho del todo. La Casa de Cultura no ha dejado de dedicar una sala a exponer, incluso con notables mejoras técnicas en los últimos años, y el CMAE (Centro Municipal de Arte y Exposiciones) ayudó a dignificar los espacios públicos, pero aún con limitaciones, la más importante la de la visibilidad para atraer al gran público por su ubicación en un bajo a pie de calle en El Arbolón, en el cruce de Llano Ponte con Gutiérrez Herrero.
Como las oportunidades aparecen a veces 'de rebote', otra necesidad, la de dignificar las enseñanzas musicales del Conservatorio con una sede mejor, desencadenó un trasvase de espacios y de usos hacia la antigua sede de Correos en la calle de La Ferrería, lo que vaciará a la vez el Palacio de Balsera de música. Cuando se conoció la noticia, también se desató una 'tormenta de ideas' para darle una nueva vida al Palacio de Balsera, no sólo dentro de la Corporación municipal en el anterior mandato, sino también de puertas afuera, con los creadores a la cabeza de propuestas relacionadas con el mundo artístico.
En el anterior gobierno municipal se recogieron igualmente ideas de la oposición. Una de ellas era del grupo municipal de Ciudadanos, que planteaba convertir la actual sede del Conservatorio en una pinacoteca municipal. A la entonces, y actual, concejala de Cultura, Yolanda Alonso, no le cayó en 'saco roto', prometió estudiarla, y su partido, el PSOE, acabó de darle forma en el programa electoral con el que repitió victoria a finales del pasado mayo.
Entre las obras previstas está la instalación de un ascensor y mejoras en las fachadas e instalaciones generales
Ahora toca pasar del dicho al hecho, y desde el Ayuntamiento ya se está pensando y planificando convertir el actual Conservatorio en la gran pinacoteca de Avilés. La intención del gobierno local es adecuar el Palacio de Balsera, sede del actual Conservatorio de Música Julián Orbón, en un espacio que pueda ser visitado tanto por las personas que vivan en Avilés como por los turistas que pasen por la ciudad.
Desde el Consistorio se considera que el Palacio de Balsera es un gran espacio para visitar por sí mismo debido al valor arquitectónico del propio edificio. Además, a partir de ahora -con el traslado de las enseñanzas del Conservatorio al antiguo edificio de Correos de La Ferrería- será la sede que acoja la colección de obras de arte de titularidad municipal, junto a los depósitos que cedan al Ayuntamiento colecciones públicas y privadas.
De igual forma, desde el gobierno municipal se impulsará la organización de exposiciones temporales, que se realizarán en colaboración con otras instituciones y colecciones privadas de arte. «Estamos ante un equipamiento que contribuirá a consolidar nuestra entidad e identidad cultural como ciudad», aseguran fuentes municipales para realzar la importancia que pasará a tener desde ahora el Palacio de Balsera como recurso cultural y turístico de Avilés.
Desde el punto de vista de las obras necesarias para la adecuación de espacios, la intención municipal es «convertir el histórico edificio -declarado Bien de Interés Cultural en 1991 y propiedad municipal desde principios de la década de los 80- en un inmueble más sostenible e inclusivo, potenciando su valor como atractivo turístico» y para ello se pretende «resolver sus carencias, adaptándolo a nuevos parámetros funcionales, de accesibilidad y de sostenibilidad».
Con este proyecto se facilitará el acceso al palacio desde la calle «con la instalación de un ascensor dentro del edificio». Se estudia también la mejora de la fontanería, las fachadas, las instalaciones en general o las ventanas, mejoras que en definitiva persiguen poner en valor el inmueble con el objetivo de promocionar su uso turístico con visitas abiertas al público.
Desde su adquisición por el Ayuntamiento ya ha sido objeto de hasta cuatro rehabilitaciones. La última en 2012 gracias a la aportación del 1% Cultural del Ministerio de Fomento, que permitió invertir 267.141 euros, de los que el Consistorio aportó el 42%.
El origen del edificio se remonta a principios del siglo XX, aunque la fecha no se puede datar con exactitud. «Los daños en el archivo municipal por el bombardeo de la aviación franquista durante la guerra civil nos impiden tener la fecha exacta. Hay dos teorías, que apuntan que la construcción se hizo en 1920 ó en 1923-24», comentaba el historiador avilesino Alberto del Río en sus 'Episodios Avilesinos' publicados en LA VOZ DE AVILÉS.
Esta obra ejecutada por el arquitecto Fernando Palacios «es la joya del modernismo en Avilés. Es un edificio que siempre ha impresionado por su belleza, exterior e interior».
Del Río explicaba también como la cesión de los terrenos comprendidos entre la calle de Cabruñana y la actual plaza de Álvarez Acebal, a la sazón plaza de San Francisco, por Julia de la Riva para abrir una calle que permitiese la unión entre ambas lugares, facilitó que el empresario Victoriano Fernández Balsera adquiriese los terrenos comprendidos a ambos lados de la calle.
«Victoriano Fernández Balsera era un hombre de extracción humilde, que se hizo rico trabajando, contaba con un gran sentido comercial y emprendedor. La neutralidad de España durante la primera guerra mundial permitió que incrementarse su riqueza comerciando», resumía Alberto del Río.
El palacio es una muestra del ascenso en el entramado social de Fernández-Balsera. Su construcción responde a los cánones estéticos más avanzados del momento. Además, construyó en la acera contraria viviendas para el servicio, una huerta muy amplia y un jardín «versallesco» al lado de su palacio, describe Alberto del Río. Parte de ese espacio lo ocupa el actual parque de Cabruñana. Se encontraba cerrado por la verja que aún existe en la esquina de la calle de Cabruñana con Julia de la Riva.
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