El sector pesquero lamenta el cierre de la costera del bonito y reclama más cuota
«Es una vergüenza que dejemos de pescar en agosto y que otras flotas europeas sigan faenando en arrastre», dice el armador Fidel Álvarez
FERNANDO DEL BUSTO
avilés.
Jueves, 20 de agosto 2020, 00:24
La flota asturiana regresó ayer a sus bases después de que en la media noche del pasado día 19 se hubiese consumido toda la cuota disponible para la captura del bonito del norte, cerrándose una de las costeras más importantes del año para el sector.
El fin anticipado de la costera era algo previsible por el ritmo de las capturas y el escaso volumen de pesca asignado a España en las negociaciones comunitarias. Pero eso no evita que en el sector pesquero con base en Avilés exista una indignación que ya nadie oculta.
«Es una vergüenza que la costera del bonito termine en agosto. Hemos tenido años de llegar hasta octubre o noviembre», comenta el armador Fidel Álvarez Garot que, además, recuerda que los cardúmenes aún siguen en el Atlántico y alimentarán a otras flotas. «Se seguirá pescando bonito, pero por la flota de arrastre francesa que provoca un gran daño a la mar. Utilizan artes prohibidas en nuestro país, nuestra pesca es artesanal y respetuosa con el medio ambiente; la flota pesquera española es la más potente de la Unión Europea y no pintamos nada, somos unos mindundis. Es una vergüenza», comenta Garot.
El cierre de la campaña del bonito obliga a los barcos a cambiar las artes, lo que implicará una inversión en un año en el que los precios de las ventas no están siendo buenos. «Si pasas a la malla, como mínimo tendrás que invertir 10.000 euros y, en el palangre, tienes el problema de los gastos de cebo, que está muy caro. En algunos momentos no compensa pescar porque vas a gastar más en el cebo. A veces pagas más por la parrocha de cebo que lo logras por la merluza que puedes vender», explica.
En los últimos años, las importaciones de terceros países perjudican al sector, que ven como los precios de las diferentes especies cotizan a la baja. «Deben poner aranceles a las importaciones de pescado. Llegan de países con unas condiciones que no tenemos nosotros y pueden vender mucho más barato. Eso está perjudicando a todo el sector. En esta situación, te quitan las ganas de salir a la mar», concluye con evidente indignación Fidel Álvarez Garot.