La venta de vivienda ofrece el mejor dato de los últimos 15 años, pero a precios un 50% más bajos

Cierto es que el mercado ya venía en los últimos años dando muestras de recuperación desde que alcanzase su suelo en 2013. Entonces se vendieron únicamente 271 propiedades inmobiliarias en la ciudad, una cifra irrisoria cuando antes de 2008 se llegaba a superar el millar. Las cifras fueron recuperándose poco a poco y en los dos últimos años han explosionado. «Es un buen momento para comprar, porque los precios están muy bajos», asegura Pérez. Y es que ahí está la otra cara de la moneda: el desplome de los precios, que son un casi 50% más bajos del techo que alcanzaron a finales de 2008. Hoy el metro cuadrado se vende de media a poco más de mil euros, cuando llegó a rozar los 2.000.

La caída es constante. En el último trimestre de 2022 el precio de la vivienda en el último trimestre del año pasado un 5% menos que en el trimestre anterior, y un 46,2% menos que el máximo histórico, alcanzado en el tercer trimestre de 2008, cuando comprar un piso suponía desembolsar de media 1.944 euros por cada metro cuadrado. «Lo que estamos vendiendo son pisos desde 30.000 a 150.000 euros, por encima de eso ya es más complicado», señala Pérez.

«El precio no tiene nada que ver con el de antes, antes se vendía caro y se vendía aún más caro, la gente hacía eso como inversión», recuerda Luis Ángel Díaz, responsable de la agencia Maspalomas. Ahora en el mercado hay muchos pisos procedentes de herencias y viviendas baratas que sus propietarios dejan para adquirir otras mejores, más grandes o más céntricas. Sin apenas obra nueva, aunque en la actualidad hay en construcción hasta cuatro bloques diferentes, algo insólito en los últimos años, el mercado que se mueve principalmente es el de la segunda mano. De hecho, de las 858 viviendas vendidas en el último año, solo nueve eran de nueva construcción. Ha habido más operaciones, ya que tanto Aelca en los bloques de ingenieros y la calle Pruneda como Campelo o Víctor Antuña, con la promoción de la avenida de Cervantes han registrado operaciones, pero estas aún no se contabilizan al no haber sido entregadas aún las viviendas.

Además del precio, hay más motivos por los que la venta de vivienda ha despegado en los dos últimos años. Los agentes inmobiliarios avilesinos destacan también que las restricciones derivadas de la pandemia, con el confinamiento, el cierre de comercios durante meses y las limitaciones en la hostelería sirvieron para disminuir el gasto y, por lo tanto, generar un importante ahorro en muchas familias. Hay, por tanto, dinero disponible para gastar y hay muchos quienes optan por mejorar su vivienda, motivados también por las necesidades que detectaron el el confinamiento, o invertir en el mercado inmobiliario.

La dificultad que se prevé, aunque aún no se está notando, es la que tiene que ver con la constante subida de tipos de interés, que encarece las hipotecas. «Estamos preocupados por el efecto que pueda tener, pero aún no lo estamos notando», señalan en la agencia Regueras. No son los únicos, pero lo que ocurre es que «la gente que tenía en mente comprar está comprando, pero puede pasar que haya quien tenía dudas y decida parar esa búsqueda que tenía en mente», señala Carmen Pérez, de La Cámara.

Habrá que esperar aún unos meses y comprobar si la subida de tipos se detiene o continúa para saber si las familias o los inversores frenan esta creciente subida de la compraventa de vivienda. De momento, las operaciones continúan a buen ritmo. «La subida de tipos encarece un poco, pero no tanto como para cambiar la decisión de compra», afirma Luis Ángel Díaz, de Maspalomas. Y con los precios a la baja, una cosa compensa la otra, de forma que al comprador aún le sigue resultando asequible adquirir una vivienda en Avilés. El problema que detectan los agentes inmobiliarios es la escasez de oferta. «El mercado no se regenera», exponen. Hay demanda pero no entran pisos suficientes en el mercado para atenderla, lo que puede generar tensiones en el futuro.