Anna Caballé: «Los españoles nos debemos todavía una biografía completa sobre Franco»
La catalana recibe el Premio de Ensayo Jovellanos y Alicia Louzao, el de Poesía por reflejar el desencanto de la generación en la treintena
Anna Caballé (Hospitalet de Llobregat, 1954), Nacional de Historia por 'Concepción Arenal, la caminante y su sombra' (Taurus), sumó este jueves a su brillante trayectoria ... el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos por su libro 'El saber biográfico. Reflexiones de taller'. Porque si hay alguien que sepa de biografías es esta mujer cuya pasión por el género nació entre los volúmenes que su padre, abogado, custodiaba en su pequeña biblioteca, donde «los únicos libros que no eran de derecho o sobre la guerra civil eran sobre Napoleón». Así que aquella niña sin títulos infantiles a su alcance empezó a «devorar vidas de personajes importantes». Y así hasta hoy, cuando Caballé defiende que «la biografía sigue siendo una asignatura pendiente en la cultura española» a pesar de constituir también «una forma de conocimiento del ser humano» de primer orden que, en momentos de incertidumbre como estos, «nos ayuda a comprender el pasado y las dificultades a las que nos enfrentamos».
Esta escritora, crítica literaria y profesora universitaria abundó en la anomalía de un país donde «hemos tenido una gran falta de sensibilidad en relación a nuestra memoria y a nuestro pasado que ahora solo podemos lamentar y, en cierta manera, combatir». Y precisamente en esa batalla está inmersa Caballé, que reivindicó la necesidad de «recuperar figuras» de antaño «lejos de las bandería políticas» después de que «el franquismo utilizase la biografía al servicio de una ideología nacional-católica» que provocó que «perdiese credibilidad, una credibilidad ahora en pleno proceso de recuperación».
Así que, cuando le preguntan por personajes fascinantes, la catalana cita, por ejemplo, a Azaña, «una de esas figuras maltratadas por el franquismo». Igual que Américo Castro, «un intelectual interesantísimo que intentó reflexionar partiendo de la pluralidad que había en la España medieval». Pero es que «los españoles incluso nos debemos todavía una biografía completa de Franco».
Y, si viajamos al plano de la actualidad, a Anna Caballé le gustaría mantener un encuentro con Carmen Calvo para conocer de tú a tú su experiencia política y «cómo ha vivido la salida del primer plano». O, volviendo la vista atrás, a la propia Concepción Arenal, «que vivió quince años en Gijón y aquí escribió lo más importante de su obra». Alguien que para ella fue todo «un descubrimiento, una mujer en la sombra con una juventud absolutamente rebelde, indómita, que no creía en el matrimonio ni en las convenciones sociales, así que tampoco vestía de acuerdo a ellas». Porque -recordó- «hay muchas mujeres de las que prácticamente no sabemos nada», una discriminación que ha sufrido de otra forma en carne propia: «A mi generación le ha costado mucho abrirse camino, conseguir que nos tratasen con el mismo respeto que a los hombres y tener presencia pública». Algo que, sin embargo, ha empezado a cambiar, como demuestra el hecho de que Caballé compartió «el orgullo» de recibir su galardón con otra mujer, la gallega Alicia Louzao (Ferrol, 1987), profesora de Lengua y Literatura en un instituto público donde ve poemas incluso en lo que sus alumnos escriben en Instagram y así intenta transmitírselo, que se hizo con el Premio Internacional de Poesía Jovellanos por su composición 'La tierra de los fracasados'. En palabras de su autora, versos que hablan «del desencanto de la gente de una generación», la suya, «personas en la treintena que estudian y se preparan pero incapaces de conseguir trabajos dignos». Así que Louzao -que confesó vivir «un sueño» y que publicará con el sello asturiano Bajamar su tercer poemario- asentía cuando Caballé se pronunció sobre el Planeta de Carmen Mola: «¿Era necesario firmar como una mujer?, ¿tiene algún sentido aparte del estrictamente comercial? Da mucho que pensar después de que tantas mujeres tuviesen que firmar con seudónimo masculino por necesidad».
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Anna Caballé y Alicia Louzao, durante el acto de entrega de los premios, junto a Pelayo García, director de Ediciones Nobel, y ante el fundador del sello e impulsor del proyecto 'Asturias, capital mundial de la poesía', Graciano García. fotos: damián arienza
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