Pinturas bordadas al borde
La Galería Llamazares de Gijón acoge la exposición 'Hilo tras hilo' de Isabella Despujols, en la que la costura se impone a la pintura y la domina con sus colores
De aguja, dedal y mirada afilada está hecha la exposición 'Hilo tras hilo' que, hasta el 10 de diciembre, satura de colores y tejidos ... la galería Llamazares de Gijón. Isabella Despujols firma esta muestra que, a simple vista, puede parecer solamente –y ya es bastante– una oda a la belleza y a la geometría, pero realmente, cuando el visitante se para a mirar y apuntala la retina en el lienzo, asiste a una revelación de significados.
Hacen falta, eso sí, paciencia y tiempo para descubrirlos porque esta creadora venezolana –influida por sus padres arquitectos– utiliza los bordados como si fueran pintura y les concede el mismo poder que a los trazos. Es decir, la artista yuxtapone capas de hilos en distintos tonos, para dar como resultado degradaciones cromáticas que simulan pinceladas de óleo.
No lo son. Despujols prefiere echar mano de la tela para conectar «lugares, naciones, experiencias cotidianas, tiempos y saberes antiguos». Todos esos aspectos son los que se esconden tras esas puntadas suyas, en las que reitera que «las vanguardias artísticas son recurrentes, repensadas y actualizadas al convocar en el presente nuestra sensibilidad y atención a través de hilos coloridos, formas cerradas y abiertas y yuxtaposiciones inesperadas».
Esas técnicas a la venezolana le resultan naturales porque, tal y como explica el catálogo de la exposición, posee «un enorme bagaje teórico y un dominio de técnicas que van desde el léxico geométrico y cinético hasta la práctica del bordado, equilibrando la forma y el color». Aunque «sus obras no priorizan la forma en detrimento del color ni viceversa», todo tiene «el mismo peso, al igual que la mirada de ella misma y de su público, quienes son actores activos en la construcción del sentido de las obras».
La mirada de cada espectador da nuevos sentidos a estas creaciones que «invitan a una larga meditación sobre las formas y las interacciones con los colores, como una aventura científica y perceptiva». Aunque, antes de ahondar en siginificados y reflexiones, el visitante sentirá la fascinación y el asombro ante la combinación del «rigor técnico y el juego de colores».
La belleza va por por delante del trasfondo en este conjunto de piezas de gran formato, creadas a lo largo de este año, para reflejar la propia historia de Despujols y sus propias referencias visuales. Aquellas que le inculcaron sus padres arquitectos, que ella arancó de la cuadrícula y trasladó al lienzo, a golpe de morados, azules y fucsias, que dan lugar a pinturas bordadas, que llevan los hilos hasta la grieta que separa la costura de la pintura. En esta exposición se muestra que no es tan ancha.
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