Exposición en Gijón
Piñole se completa en su museoLas doce obras de la Colección Sabadell que ocupan ya el palacete gijonés que conserva su legado dialogan con las piezas de la colección para aportar una nueva mirada sobre el pintor que documentó el Gijón del siglo pasado
Se cuenta a sí mismo en lo artístico y cuenta el Gijón que habitó, el Carreño de los veranos y sus queridas montañas. Nicanor Piñole ... se completa en su museo de Gijón. En el palacete que alberga el legado que donó su viuda, Enriqueta Ceñal, se exponen ya una docena de obras que forman parte de la Colección de Arte Sabadell y que habitualmente se hallan en la sede central del Sabadell Herrero en la ovetense calle Fruela y una de ellas en la sede León. Con ellas se genera un diálogo abierto con las que forman parte de la exposición permanente y aportan nuevas miradas. Lo sabe bien Lucía Peláez, comisaria de la muestra y quien durante treinta años dirigió los museos de bellas artes de Gijón, que en la presentación en este mediodía de la exposición 'Nicanor Piñole en la Colección de Arte Sabadell Herrero' apuntaba a toda la luz que imprime ver, por ejemplo, bajo el mismo techo una obra tan emblemática como es 'Marineros en el puerto' y 'Estibadores', que retratan un Gijón más tradicional primero y que se torna industrial 22 años después.
Lo mismo ocurre con otras obras que revelan ese Gijón que pintó, de nuevo mirando al puerto desde los Jardines de la Reina cuando aún no había acabado la guerra civil, o el territorio de Carreño, donde tenía la familia su casa de verano y que sirve para contar las tradiciones de una época pasada pero no olvidada. Es especialmente singular de esta muestra la notable presencia de pinturas de montaña, poco representadas en la colección municipal por el éxito comercial que tuvieron en su momento, que las depositó en manos de colecciones privadas.
Hay que mirar, pues, con calma, la obra de Piñole con estas doce pinturas sumándose al museo de forma temporal -la muestra estará abierta hasta el 12 de octubre- y hacerlo con esa doble perspectiva, la de la de las pinceladas que se dejan ver sobre lienzo y sobre tabla, y la que es puro relato de histórico, documento de una época. En eso incidía precisamente la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, en la inauguración de la muestra. Calificó al artista de «cronista comprometido con la realidad» y por eso su legado es tan valioso, porque nos sirve para conocernos y contarnos a nosotros mismos. «Desde su pincel, Gijón se mira y se reconoce», dijo Moriyón, que se felicitó de que colaboraciones como la establecida ahora con la colección Sabadell sirvan para alumbrar muestras como esta.

Escucharon a Moriyón y Peláez, la concejala de Cultura, Montserrat López; Alfredo F. Santos, director comercial territorial del noroeste del Banco Sabadell, y Montserrat Corominas, directora de la colección de Arte Banco Sabadell, quienes se felicitaron también del resultado de la suma de voluntades en favor de la cultura.
En un recorrido cronológico, la muestra se inicia con 'La trattoria', una obra de principios del siglo XX y concluye con los paisajes de montaña ya citados que conducen a Ponga y León. En el camino, piezas tan icónicas como 'De promesa al Cristo de Candás 'La romería o danza prima'.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.