«Gijón y Asturias son de cine»
La realizadora Eva Lesmes dirige en Madrid la escuela Central de Cine que forma actores para el sector audiovisual
M. F. Antuña
Domingo, 29 de mayo 2016, 14:37
Eva Lesmes (Gijón, 1961) es cineasta en el sentido más amplio del término. Ha hecho de todo y en todas las pantallas esta mujer a la que le gusta por encima de todo el trabajo con los actores. Por eso ahora, en una etapa profesional centrada en la docencia, se confiesa feliz y contenta. Casi sin querer se fue alejando de la dirección de cine y televisión y ahora Central de Cine, la escuela que dirige en Madrid, es su peli diaria. Antes su peripecia se contó en 625 líneas en series como La casa de los líos, A las once en casa, Ana y los siete, El comisario, y Maitena, estados alterados, entre otras, y en películas como Pon un hombre en tu vida y El palo.
Directora, guionista, script, profesora. ¿A usted le queda algo por hacer aparte de barrer el plató?
También lo he hecho. He recorrido todo el escalafón: meritoria de dirección, script, directora. Y como meritoria barres el plató y llevas los cafés.
¿Es la manera?
Sí. Hay dos y yo las hice ambas a la vez. Una es prepararte, estudiar, y la otra es el oficio, meterte en el rodaje e ir subiendo escalones.
Y de pronto deja de dirigir y decide dedicarse a enseñar. ¿Qué pasó?
Siempre había estado formándome, estudiando, haciendo todos los cursos que podía y mientras hacía A las once en casa, la Unión de Actores me ofreció hacer un curso para trabajar en cámara, para cine y televisión, y entonces descubrí mi vocación docente, descubrí que me apasionaba. Y partir de ahí las cosas vinieron rodadas, me llamaron para hacer más cursos y al final fue cobrando más protagonismo.
Y acabó por abrir su escuela.
Hace ahora once años, en 2005, monté mi propia escuela. Era una cosa pequeñita y ha ido creciendo, ahora ya mi mayor actividad es Central de Cine, soy la directora, junto a Javier Gancedo, y dirijo el máster de interpetación ante la cámara.
Entiendo que la escuela nace porque existía esa necesidad.
Sí, había una gran necesidad de ese tipo de formación, las escuelas de arte dramático no lo cubren. Los actores estudian en la RESAD, en Cristina Rota, o en la ESAD de Asturias, acaban y tienen una muy buena formación teatral, pero de cámara no han hecho prácticamente nada y se encuentran con que gran parte del mercado laboral es el cine y la televisión.
Garci dice que es más difícil actuar ante la cámara que ante el patio de butacas. ¿Usted qué dice?
Son medios diferentes y no son comparables. Cada uno tiene sus dificultades y requiere técnicas diferentes.
¿Ha lanzado a muchos actores al estrellato desde la escuela?
Hay mucha gente haciendo cosas: Yara Puebla, Mario Plágaro, Dani Pérez Prada, Mario Tardón... Gente como Belinda Washington o Jose Toledo también han pasado por aquí.
¿Y no echa de menos dirigir?
Pue mire, no. Estoy en plena actividad, dirijo la escuela, el máster, y doy clases. Todo es muy práctico y estamos todo el tiempo trabajando con cámaras y actores. Estoy haciendo lo que más me gusta. Una película tiene varias partes: primero se escribe el guion y se levanta la financiación, que muchas veces son años muy frustrantes, luego está la preparación, después el rodaje, montaje, estreno, publicidad y promoción. Yo me he quedado con la que más me gusta, trabajar con actores, que es mi pasión. Además como somos pioneros dentro de la interpretación audiovisual, hay una parte de investigación, de desarrollo de contenidos muy importante. O sea que no, no echo mucho de menos el estar en series o intentando levantar una película, es un proceso bastante lento y poco gratificante.
De cuando usted hacía televisión a ahora... ¡Menudo cambio!
Enorme. Ahora se están haciendo unas series de una calidad impresionante. El ministerio del tiempo, La embajada, Vis a vis... Cuando empezamos nos lo teníamos que inventar un poco todo. Cada uno hemos puesto nuestro granito en el momento en que nos ha tocado.
¿Qué les envidia a las series de hoy?
Se está trabajando con unas producciones mucho más potentes, que es lo que revierte en el resultado. Era otro momento.
¿Y usted lo disfrutó?
Fueron años estupendos, estoy contenta de haber tenido esa posibilidad, de haber hecho obras de prime time, pero es un ritmo agotador, no puedes llevarlo toda la vida.
O sea, que a la tele no vuelve.
No tengo mucho interés. El cine nunca lo descarto, que haya de repente un proyecto que me pueda encajar e interesar tanto como para que ponga mis energías en él, sí, pero la televisión es otra cosa.
¿Le rondan pelis por la cabeza?
Sí. A veces de repente veo historias que pienso que podrían ser películas, por eso no tengo esa puerta cerrada. Claro que es verdad que la escuela me absorbe mucho y tampoco me puedo parar a escribir.
Es pionera del cine hecho por mujeres. ¿Hay que seguir peleando?
Hay que pelear muchísimo. Es terrible lo que pasa en la industria cinematografica, los papeles femeninos son poco interesantes, y la ausencia de mujeres en la dirección es algo que ocurre en todo el mundo. Solo un 7% de películas están dirigidas por mujeres y eso repercute en qué historias se cuentan, cómo se cuentan y cómo son los personajes femeninos. Se va avanzando muy poquito.
¿Diagnóstico del cine español?
Siempre se dice que está en crisispero, aunque es una industria pequeñita, las cifras del último año son fantásticas, ha subido el número de espectadores y se han hecho cosas interesantes.
¿Viene mucho por Asturias?
Tengo casa y en cuanto puedo me escapo. Me encanta ir, tengo familia, tengo amigos y sigo muy apegada a la tierra, pese a todos los años que llevo fuera. Pero como nunca me han invitado al Festival de Cine de Gijón ni Asturias me ha otorgado ningún lugar dentro de su cultura, voy como de incógnito.
¿No se siente profeta en su tierra?
Para nada. Y digo yo que no hay tantas directoras asturianas que hayan hecho lo que yo.
¿Cuáles son sus escenarios asturianos de cine?
Hay tantos... No sabe cuánto me gustaría poder hacer una película en Asturias, rodar en Gijón. Tuve un guion para Gijón pero no consegui financiación y tuve que hacerlo en el País Vasco. Ese es otro desencuentro con Asturias, intenté moverlo y tuve el silencio total. Lo rodé en Pasajes y estaba escrito para Cimadevilla, estaba basado en la historia de Rambal. Para mí cinematográfico en Gijon es todo. Gijón y Asturias son de cine.