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'Karate Kid' y la historia del Señor Miyagi, que no sabía nada de karate: la vida de Pat Morita

El actor que interpretó al sensei en la célebre «Karate Kid» no podía practicar artes marciales y todas sus escenas de acción las realizaba un doble

Eva Vélez

Gijón

Domingo, 2 de agosto 2020

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«Lijar, pulir, encerar; pintar la cerca, arriba, abajo; pintar la casa, de lado a lado». Las enseñanzas del Señor Miyagi a Daniel LaRusso en 'Karate Kid' (John G. Avildsen, 1984) marcaron a una generación de niños que sorprendían a sus padres cooperando en las tareas del hogar con el deseo de convertirse en expertos en las artes marciales. Pero lo cierto es que Pat Morita, el actor que interpretó al sensei, no tenía ni idea de cómo un karateca debía ponerse en guardia. «Por eso soy un buen actor, porque puedo aparentar ser un maestro en karate», declaró.

Estamos en 1984, año del estreno de 'Karate Kid', la historia de un adolescente que se traslada a California con su madre y acaba aprendiendo artes marciales para defenderse de unos compañeros de instituto. La película se convierte en un clásico de los 80 que pervive como un título mítico hoy en día. Pese a ser un relato predecible, el film engancha y resulta difícil de resistir gracias a un ritmo fresco, y dos personajes carismáticos, Daniel Larusso y el señor Miyagi.

Ralph Macchio y Noriyuki Pat Morita en el rodaje de Karate Kid.

Noriyuke Morita nació en Isleton, California, el 28 de junio de 1932. Sus padres eran dos inmigrantes japoneses que se dedicaban a la venta ambulante de frutas y verduras. A los dos años, el pequeño Noriyuke sufrió una tuberculosis espinal (una infección bacteriana) que lo dejó postrado en una cama durante casi nueve años, hasta que sus padres lograron reunir el dinero suficiente para que su hijo se operara.

Pat Morita en su papel de «Arnold» en la serie Happy Days.

Morita casi no podía caminar, no podía salir a la calle a jugar con niños de su edad y mucho menos practicar karate, o artes marciales; o cualquier deporte. Se temía que Noriyuke no pudiera caminar en su vida adulta. Casi no se podía mover, así que apeló a su creatividad de niño y les empezó a dibujar caras a sus medias y calcetines para crear personajes. En ese momento, Noriyuke encontró su vocación: actuar y hacer reír.

A los 11 años, Morita pudo ser operado, le soldaron cuatro vértebras y recuperó sensibilidad. Tuvo que aprender a caminar cuando estaba entrando en la adolescencia. Pero apenas se puso de pie, Estados Unidos participaba de la Segunda Guerra Mundial y Japón era un enemigo. La familia Morita era considerada un «potencial peligro» para la sociedad estadounidense. Por este motivo, Noriyuke y sus padres salieron del hospital y fueron escoltados por un agente del FBI a un «campo de refugiados», el eufemismo que el gobierno había encontrado para el campo de concentración que había creado para los inmigrantes japoneses.

«Era insólito que nos encerraran por la forma de nuestros párpados», declaró años más tarde el célebre Morita. En ese predio de Arizona donde fueron encerradas las familias japonesas (unas 120.000 personas, que la mitad incluso eran ciudadanos estadounidenses), fue donde Noriyuke conoció y entabló una amistad con un sacerdote católico llamado Pat, de quien cogió el nombre de pila para su vida artística y nació Pat Morita.

Una vez que ​terminó la guerra, los Morita pusieron un restaurante de comida oriental en Sacramento, California: Ariake Chop Suey, y Pat se encargaba de atender al público, servir la comida y de entretener a la gente. Morita era gracioso, contaba chistes y manejaba muy bien la gestualidad con sus rasgos japoneses, como compensación ante su falta de habilidad física.

Sin embargo, para Morita la actuación era un hobby en esa época y cuando no trabajaba en el restaurante de sus padres pasaba sus horas en el Instituto Fairfield donde se graduó en Aeronáutica y al poco tiempo consiguió trabajo en la compañía aeroespacial Aerojet-General. Pero se cansó de programar. Tenía 30 años, se había casado y ya había nacido la primera de sus hijas. Morita quería otra cosa para su vida.

Su carrera artística se inició en la década del 60. Le gustaba la comedia y hacer reír, así que empezó en el stand up de los clubes nocturnos bajo el seudónimo de The Hip Nip. Luego se unió a una compañía de comedia llamada 'The Groundlings', grupo que se dedicaba principalmente a la improvisación teatral, que con el tiempo le abrió las puertas de la TV y el cine. Al ser oriundo de California, tuvo fácil acceso a Hollywood y los estudios, aunque su camino al éxito no sería sencillo.

Su primera aparición en el cine fue en la película japonesa dramática y poco conocida llamada 'Jidosha dorobo' (1964). Pat Morita se encontró con su primer obstáculo: los estereotipos de la industria del cine lo conducían casi sin otra opción a interpretar papeles secundarios por ser de ascendencia japonesa.

Más tarde consiguió un pequeño papel en la comedia musical 'Thoroughly Modern Millie' (1967), de George Roy Hill, protagonizada por Julie Andrews. A partir de allí, comienza a su vez a aparecer en una gran cantidad de series, como 'El Show de Bill Cosby' en 1971 o 'Granjero último Modelo' (1971), 'Colombo' (1972), 'Canon' (1974), 'Kung Fu' (1975) en el capítulo 'Ambush', donde comparte escena con David Carradine; 'Starsky y Hutch', 'Vacaciones en el mar', 'El increíble Hulk' (1978) y al capitán coreano Sam Pak en la serie 'MASH', entre muchas más. Pero la que le dio el salto a la fama fue la mítica 'Happy Days', donde apareció en 26 episodios, desde 1975 a 1983.

Pat Morita fue nominado al Oscar por interpretar al maestro de karate que sacó a Daniel de la oscuridad del bullying al que lo sometían sus compañeros de secundaria, lo convirtió en campeón y le dio confianza para conquistar el amor de Ali (el papel fue para una adolescente Elisabeth Shue); y fue bien merecido para un hombre que no sabía nada de artes marciales y que no había pisado Japón en su vida: su lengua natal era el inglés y para darle voz a Miyagi tuvo que falsear su dicción para sonar como un japonés hablando mal su idioma nativo. Fue el primer artista asiático nacido en Estados Unidos en recibir una nominación.

Morita siguió trabajando en cine y televisión, pero nunca pudo superar al Señor Miyagi. Hasta tuvo su propia serie llamada 'Ohara', en la que hacía de un detective de Nueva York que resolvía crímenes con métodos y conceptos de la cultura japonesa. Aunque no volvió a interpretar un papel que le diera el éxito que había conseguido con el maestro de karate. El actor murió en noviembre de 2005 en su casa de Las Vegas por una insuficiencia renal y en el funeral, Ralph Macchio aka Daniel LaRusso lo despidió: «Siempre será mi sensei».

El genial Pat Morita quedará en nuestra memoria por su mística, su amor por los bonsáis y los inexplicables poderes curativos que adquiría al frotar sus manos.

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