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María Antonia Pedregal, María Victoria Blanco, Adrián Barbón, Berta Piñán, Miguel Ángel de Blas y Pablo León contemplan la espada de Sobrefoz al concluir su presentación, en el Museo Arqueológico. ALEX PIÑA

La espada de Sobrefoz servirá para estudiar la metalurgia asturiana de la Edad de Bronce

El Museo Arqueológico acogió la presentación de esta pieza que data del año 1.100 a. C.. «No es un objeto normal, tiene muy pocos paralelos»

Ana Ranera

Gijón

Martes, 18 de mayo 2021

La colección del Museo Arqueológico se hizo un poco más valiosa de lo que ya era este martes con la incorporación de la espada de Sobrefoz a sus salas ... . Este objeto guarda tras de sí una historia apasionante en la que hay demasiados vacíos que los expertos confían en que vayan desapareciendo, a medida que avancen las investigaciones. Por lo pronto, se acumulan los misterios en torno a esta joya a cuya presentación acudieron el presidente del Principado, Adrián Barbón; la consejera de Cultura, Berta Piñán; el director general de Cultura, Pablo León; la directora del Arqueológico, María Antonia Pedregal; el que fuera catedrático de Prehistoria, Miguel Ángel de Blas, y la hermana de su redescubridor, María Victoria Blanco del Dago.

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«Es una espada de la Edad de Bronce de unos 3.000 años de antigüedad. Se encontró en 1878 en una cuerria –cercado donde se colocan las castañas– y pasó a formar parte de la colección de Sebastián Soto Cortés», señalaba Pedregal. «Luego se le perdió la pista, hasta que la encontró Maximino Blanco del Dago, en 1998, al hacer reformas en una vivienda próxima al palacio de Labra, casa familiar de Soto Cortés», explicaba. Quién sabe todo lo que pudo ocurrir en ese tiempo.

«Mi hermano fue a rehabilitar una vivienda y allí estaba. Le dijeron que la habían encontrado en el tejado y que la usaba toda la familia para cortar el maizón», contaba la hermana del redescubridor. «Él se la llevó sin saber lo que era, aunque intuía el valor», añadía. Y, desde el fallecimiento de Maximino, ella quería hacer realidad esta donación. «Este es el sitio idóneo, estoy feliz de que esté aquí», aseguraba.

Al Arqueológico, esta pieza le permitirá estudiar la metalurgia asturiana de la Edad de Bronce. «Aclararemos si es una producción peninsular o si se trata de una importación. Hay una en Francia igual, ¿la de Francia salió de aquí, la de aquí de Francia o ambas de otro lugar?», se preguntaba De Blas. Lo que está claro es que «no es un objeto normal, tiene muy pocos paralelos». Tan pocos que «de Bidasoa a Lugo, museo a museo, no hay otra».

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El catedrático celebraba, por eso, que ya no volverá esta joya a paradero desconocido y animaba a conservar el patrimonio porque «es limitado, finito. Debemos evitar que se nos vaya nada fuera». Como esta espada «reconocida y desconocida», en palabras de Adrián Barbón, pero que ya «vamos a poder poner en valor».

Barbón: «La cultura y el conocimiento son la garantía de la libertad máxima»

El presidente del Principado, Adrián Barbón, conmemoró ayer el Día de los Museos, reivindicando su valor, después de un año en el que pasaron demasiado tiempo cerrados, pero en el que, aún así, acogieron y refugiaron en sus entrañas a muchos asturianos y visitantes. «El año pasado, los museos de Asturias recibieron unas 350.000 visitas», señaló. Una cifra que es un buen resultado, teniendo en cuenta que fueron doce meses «atípicos».

Está claro que estos tiempos de pandemia nos hicieron darnos cuenta de la necesidad que tenemos de arte y, por eso, cuando se pudo, el público volvió a incluir los museos y centros culturales dentro de sus planes. «La cultura nos ha permitido sobrellevar esta época», apuntaba Barbón.

Para él, es fundamental recordar la importancia de este tipo de equipamientos porque «sirven para enriquecernos y para conocer el pasado». Por eso, solo en Oviedo, representan en torno a 2 millones de euros de inversión al año. «Ese dinero lo destinamos la Consejería de Cultura y el Gobierno de Asturias para sostener equipamientos culturales, pero merece la pena», afirmaba.

Está convencido de ello porque «a los museos hay que venir a desasnar, son lugares que nos forjan como hombres y como mujeres», aseguraba. Y nos hacen tener una vida plena. «La cultura y el conocimiento son la garantía de la libertad máxima» añadía.

Espacios como el Arqueológico ovetense permiten «irradiar el conocimiento por toda Asturias, pues el patrimonio nos permite conocernos a nosotros mismos y a toda la tierrina desde aquí», consideraba. El presidente del Principado terminó su intervención, animando a todos los asturianos a visitar los museos y centros de interpretación que atesora nuestra región porque lo podrán hacer «con total seguridad» y disfrutando de un patrimonio «único e irrepetible» que merece pasar tiempo apreciándolo.

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