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Se emociona recordando a su madre y pensando cómo disfrutaría ella del trabajo que lleva a cabo la fundación que lleva su nombre. Lucía ... Viñuela, la hija de la gran científica asturiana Margarita Salas, fallecida en 2009, preside esa fundación que sopla dos velas y lo festeja este jueves con una cena solidaria en Madrid. Han sido años intensos y felices.
–Dos años. Y no va mal la cosa.
–Podemos estar orgullosos. Es el arranque, pero podemos decir que está siendo un recorrido muy satisfactorio. Estamos teniendo un buen crecimiento y reconocimiento, como así me lo demostró sin ir más lejos la ministra Diana Morant con quien estuvimos grabando una entrevista con motivo del segundo aniversario. Sentir el respaldo y afecto del Ministro de Ciencia y de otras instituciones públicas con las que también vamos de la mano, como los de Valdés o Málaga, y tantas otras, es un gran apoyo.
–Organizan una cena solidaria, supongo que es una manera de decirle a la empresa privada 'les queremos con nosotros'.
–Es verdad que nuestro patronato cada vez va siendo más sólido, tenemos la suerte de tener instituciones públicas referentes, que también fueron casa de Margarita, como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas o la Universidad Autónoma de Madrid, además de varias comunidades autónomas, como Asturias, Madrid, la Junta de Andalucía, tres discípulos de Margarita, como Cristina Garmendia, Luis Blanco o Marisol Soengas, la Fundación Caja Rural de Asturias... Pero no nos conformamos con eso, porque nuestro objetivo es completar los asientos disponibles y queremos hacerlo con empresas que representen todos los ámbitos, desde tecnológicas, farmacéuticas, consumo, etcétera. La cena benéfica es una buena forma de hacer networking, van a asistir empresas de diferentes ámbitos y ojalá que se animen a dar el paso.
–En lo público supongo que están satisfechos de cómo institucionalmente está siendo tratada la fundación.
–A mí si me dicen hace dos años que en un recorrido tan corto íbamos a tener el respaldo que va in crescendo no me lo hubiera creído nunca. Pero también es verdad que el sector privado es súper importante. Nuestros programas deben poder autofinanciarse y eso lo conseguimos con patrocinios, con colaboraciones, con aquellas entidades y empresas privadas que compartan objetivos con nosotros en el marco de la apuesta por la excelencia educativa, el conocimiento de la ciencia, despertar vocaciones científicas y la sostenibilidad.
–¿Qué pasa con el mecenazgo en España? ¿Cómo conseguimos que la empresa privada se acerque más a este tipo de actividades?
–Esto es mucho pico, pala, pico, pala. Llevábamos muchos años pidiendo una ley de mecenazgo, ahora ya la tenemos, pero las empresas y las entidades que apuestan por patrocinar iniciativas tienen que creérselo, y yo entiendo que hay mucha competencia, no es sencillo. Pero vamos dando pequeños pasitos y ojalá que en los próximos años –no voy a decir que nos equiparemos a EE UU– las empresas se den cuenta de que es importante patrocinar. Nosotros damos pasos lentos pero seguros.
–Lo importante son los programas educativos de alfabetización científica. ¿Qué balance hacen?
–El programa de dinamizadores STEAM [Ciencia,Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas, por sus nombres en inglés] lo arrancamos en octubre de 2023 y funciona como actividad extraescolar. Empezamos en ocho localidades de cuatro comunidades autónomas con 103 niños y niñas y en este segundo curso hemos prácticamente duplicado la asistencia y participan ya 203, y además hemos aterrizado en territorios importantes, como Luarca, Málaga, Granada, Huelva, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, pero próximamente también vamos a llegar de la mano de la Fundación EdP a Algeciras y el próximo curso, en septiembre, ya está comprometido que gracias a la colaboración Caja Rural de Burgos, estaremos en el algún punto de Cantabria por determinar. Nuestra idea es: ojalá seguir coloreando el mapa de España y eso solo podemos hacer si vamos de la mano de empresas de diferentes ámbitos.
–¿Cómo cambia el chip de los niños este programa sobre la ciencia?
–Las familias están encantadas de cómo sus niños y sus niñas empiezan a percibir la ciencia. Le doy un ejemplo: un ñiño de Extremadura ha cambiado el ir dos días a la semana a jugar al fútbol por hacer ciencia. Si nos avalamos por los datos que vamos teniendo del programa, sí que hemos notado un incremento en el análisis cualitativo y es que el interés o el gusto por la ciencia de quienes participan en el programa se ha posicionado en un 86%. Se ha notado en una mejora en las habilidades científicas y un 83% quiere dedicarse a la ciencia en el futuro. Es verdad que todavía son pequeños, pero les gusta ir a la actividad. Los dinamizadores que están con ellos y hacen la actividad atractiva juegan un papel fundamental.
–¿Cuál es el objetivo de crecimiento?
–Hasta donde nos dejen. Siempre digo que mi carta a los Reyes Magos es que la fundación evolucione todo lo que pueda, que crezca y que nos permita incrementar el impacto de la actividad. Tenemos que seguir poniendo el foco en acciones que nos permitan cumplir con ese propósito, por ejemplo en el marco de la innovación, la sostenibilidad, la divulgación, pero no podemos hacerlo solos, necesitamos aliados en ese programa y en el otro, el de mentorías y prácticas.
–¿Qué datos tienen de este otro programa?
–El año pasado participaron en él alrededor de treinta estudiantes tanto de grados STEAM como de formación profesional superior de ese ámbito. Sí que es verdad que funcionó fenomenal e incluso tres de ellos salieron del programa con unas prácticas. Ojalá podamos evitar esa fuga de talentos que tanto le preocupaba a Margarita.
–¿Qué otros proyectos tienen en mente?
–Ahora mismo queremos consolidar muy bien las colaboraciones que ya tenemos con diferentes entidades, con los ayuntamientos, con Inditex, Fundación Mutua Madrileña, con Caja Rural... Con esta última vamos a arrancar muy prontito una colaboración muy bonita, que se llama 'Art is a mine' (el arte es una mina), en la que vamos a plasmar la ciencia de la mina y su expresión artística, para aunar la ciencia y el arte, que también es uno de los objetivos de la fundación. Esta iniciativa en concreto pretende explorar la relación entre arte y ciencia a través de un proceso indagatorio liderado por un investigador y cuyo producto se expondrá en una mina reconvertida en centro cultural. Está dirigida a estudiantes de tercero de la ESO, y la idea es que los estudiantes en la segunda parte de la actividad expongan en el Centro Cultural de Turón. Con la Fundación Talgo estamos promoviendo jornadas de análisis dirigidas a estudiantes de Secundaria alrededor de las profesiones del futuro y poniendo el foco en algunos de los objetivos de desarrollo sostenible, como por ejemplo la educación de calidad, la energía asequible y limpia o la industria y la innovación e infraestructuras. También hicimos este curso en colaboración con Casio: elaboramos una situación de aprendizaje en torno a la figura de Margarita Salas y al uso de la calculadora en estudiantes de Primaria. A los niños les está encantando. Ojalá pudiéramos hacer más, pero el objetivo es consolidar lo que hay.
–La relación con Asturias es muy especial.
–Muy buena. Asturias tiene un significado muy especial en el proyecto de la fundación, hay una magnífica relación con el Principado, y espero que podamos seguir creciendo.
–¿Qué diría Margarita si pudiera ver todo esto?
– [Le tiembla voz] Espero que se sintiera orgullosa.
–Se emociona...
–Sí, ha costado mucho. Haber cumplido dos años en un momento complicado es un logro. Quiero pensar que se sentiría orgullosa porque estamos trabajando temas que le preocupaban: la formación de excelencia, evitar la fuga de cerebros y despertar vocaciones, y el arte que era para ella muy importante. Espero que se sienta orgullosa del trabajo y de la gran familia de la fundación, como ella en su momento creó la familia de los 'margaritos'.
Legado vivo
–Ella todavía sigue presente y suscitando cariño, eso también debe emocionarla.
–Así es. Hace apenas unos días, la consejera Lydia Espina me llamó para trasladarme que el nombre de Margarita lo llevará el IES de la Corredoria, en Oviedo, es una muestra más de lo vivo que sigue estando su legado, particularmente en Asturias, lo cual me produce especial emoción. Ella quería mucho a Asturias. Yo recuerdo que unos años antes de fallecer dijo algo así como: 'Todo aquello que me pida Asturias voy a decir que sí'. Yo digo lo mismo. Para mí es importante que el legado de Margarita viva, que su nombre vaya resultando más cercano a las nuevas generaciones.
–¿Cómo valora situación actual de la mujer en la ciencia?
–Hemos avanzado mucho. En algunas disciplinas STEAM, como la ingeniería, es cierto que a las niñas de una determinada edad les cuesta decantarse por esa rama. De todas formas, hay muy buenas profesionales, pero el problema es cuando pasan a desempeñar cargos de responsabilidad. Solo ha habido dos directoras del CSIC. Liderando laboratorios cada vez hay más mujeres, pero todavía son pocas. Y llega un momento en que la mujer quiere tener familia y tiene que ser posible. No puede ser que por falta de estabilidad no puedas planteártelo. Es complicado, pero se ha mejorado mucho.
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