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De pie, Leticia Sierra, Carolina Sarmiento, Verónica García-Peña, Rosa Valle, Rocío Menéndez, Laura Iglesia, Carmen Cabeza, Laura Castañón, Pilar Sánchez Vicente, Ana González, Beatriz Rato y Luis Rubio. Agachadas, Leticia Sánchez Ruiz y Carlota Suárez. . FOTOS: LUIS MANSO
«Este libro constata el buen momento de la narrativa escrita por mujeres en Asturias»

«Este libro constata el buen momento de la narrativa escrita por mujeres en Asturias»

El Ateneo Jovellanos inauguró el curso con la presentación de 'Palabra de mujer', que recopila los coloquios de quince autoras de la región

ANA RANERA

GIJÓN.

Martes, 20 de septiembre 2022, 00:40

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«Dentro de la literatura apenas figuran mujeres, pero las hay», recordaba ayer con vehemencia el presidente del Ateneo Jovellanos, Luis Rubio Bardón, durante la presentación del libro 'Palabra de mujer' que sirvió para dar el pistoletazo de salida al nuevo curso de la entidad. Junto a él, estaba el alma mater de esta obra, la escritora y colaboradora del diario EL COMERCIO Laura Castañón, que fue quien guio aquellos coloquios con estas quince autoras, que ahora se codean en el papel. Ella se confesaba «feliz» de ver convertida al papel esa actividad que le permitió «conocer a escritoras que ya conocía y, sobre todo, darlas a conocer al público», celebraba. Aitana Castaño, Ángeles Caso, Beatriz Rato, Carlota Suárez, Carmen Cabeza, Carolina Sarmiento, Laura Iglesia, Laura Sampedro, Leticia Sánchez, Leticia Sierra, María Teresa Álvarez, Pilar Sánchez Vicente, Rocío Menéndez, Rosa Valle y Verónica García-Peña, muchas de ellas habituales en las páginas de este periódico, comparten páginas y «constatan la buena salud de la literatura escrita por mujeres en Asturias», como insistía Castañón.

La alcaldesa Ana González secundaba sus palabras por lo que este libro «aporta a la historia de la literatura asturiana». E iba más allá: «Tiene otro valor, que tiene que ver con la igualdad entre mujeres y hombres», hacía hincapié. Por eso, para ella, es fundamental que la sociedad las lea (a todas) porque «una de las cosas más importantes es reconocerlas. Nuestras mujeres necesitan que las veamos y las aplaudamos». Y, aunque las palabras de la regidora puedan parecer una obviedad, están muy lejos de serlo porque «las escritoras existen, han existido siempre y existirán siempre», pero no siempre se ven.

Una de las que ayer, sin estar, estuvo muy presente fue Carmen Gómez Ojea, fallecida en agosto de este mismo año. El primero en recordarla fue Rubio Bardón y rápidamente a su pesar se unió Castañón, para quien fue «la más sobresaliente de todas las escritoras, una maestra de personalidad extraordinaria, que dominaba el lenguaje», la alabó. Y no se quedó ahí porque ella consideraba que son «irrepetibles su vastísima cultura, su acento playo y su desparpajo». La alcaldesa fue más allá porque habló de ella como una amiga «profundamente sociable, divertida y generosa». Una autora imprescindible que podría ser la decimosexta de este libro, aunque, a decir verdad, si aparecieran todas las que podrían -y deberían- aparecer, harían falta muchos ciclos y unos cuantos libros más.

Ya lo decía Castañón: «Este libro es un iceberg», así que, entre las sombras, se esconden «muchas mujeres que, desde el pasado, nos sustentan a todas». A ellas también hay que reconocerlas y leerlas.

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