«La literatura infantil y juvenil es literatura con mayúsculas, aunque esté pensada para niños»
La ovetense Mónica Rodríguez firma 'Umiko', Premio Nacional en su género por «la sonoridad y por la belleza del relato»
Hasta el fondo del océano nadó Mónica Rodríguez (Oviedo, 1969) en 'Umiko', el cuento que este año recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil y ... Juvenil, por su «sonoridad, dominio de los registros y por la belleza del relato». Es una narración «en dos lenguajes» inseparables, «la palabra y la ilustración» porque, según asegura su escritora, «no se entiende la una sin la otra».
Es un cuento forjado a cuatro manos que nació de la mente de Daniel Piqueras (ilustrador y coautor de la obra), «a quien le interesaba ese tema de las amas japonesas, que son mujeres buceadoras. Me lo dijo y yo me puse a investigar», recuerda Rodríguez. Para entender el interés de su compañero, empezó un proceso de documentación, del que surgió una fascinación absoluta por ese mundo de sirenas, «que llevan a cabo un oficio ancestral, que se hereda de madres a hijas y que les hace pasar muchísimas horas en el océano».
Se dedican a la pesca subacuática y, en uno de los documentales sobre ellas que Rodríguez vio para empaparse de su realidad, escuchó una frase que le marcó. «Una mujer mayor decía que ella llevaba desde niña en el fondo de los océanos. Aseguraba que, cuando estaba sumergida, rodeada del mar y del silencio, era cuando de verdad sabía quién era».
Esa confesión encendió una luz en la mente de la ovetense: «Me llegó muy adentro. Ahí supe que estaba la historia que quería contar» y que está protagonizada por una joven «que, como cualquier adolescente, está en la búsqueda de su propia identidad, descubriendo lo que significan el amor, el mundo y lo que significa ser ama». Es una chica «inquieta, que siente una atracción por el mar que quiere ocultar porque le apetece ser igual que sus amigas, que no quieren saber nada del océano».
'Umiko' retrata ese despertar a la juventud, «ese buscarse a sí mismo y tratar de saber lo que quieres en la vida». Está narrado e ilustrado con maestría y, por eso, Rodríguez reivindica la literatura infantil y juvenil. «Está considerada la hermana pequeña de la literatura, pero realmente es literatura con mayúsculas, aunque esté pensada para niños y jóvenes», recuerda. «Es verdad que, dentro de ella, hay libros que ni siquiera son literatura, pero eso también ocurre en la de adultos», concluye.
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