Borrar
Lorenzo Silva: «Me moriré siendo escritor, con éxito o sin éxito»
Entre líneas

Lorenzo Silva: «Me moriré siendo escritor, con éxito o sin éxito»

El escritor ha presentado este año la duodécima entrega de su serie protagonizada por los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, 'El mal de Corcira' (Destino, 2020)

Verónica García-Peña

Sábado, 12 de septiembre 2020, 15:43

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hay pocas cosas que no le hayan preguntado a Lorenzo Silva (Madrid, 1966) a lo largo de su carrera, y no solo relacionadas con sus novelas o su forma de escribir, pero encontrarán en esta entrevista más de una revelación. Premio Nadal y Planeta, sincero, trabajador incansable y tenaz, ha presentado este año la duodécima entrega de su serie protagonizada por los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, 'El mal de Corcira' (Destino, 2020), una nueva entrega que nos desvela parte del pasado de Bevilacqua en la lucha contra ETA.

-Freud veía a los artistas como personas especiales y con heridas profundas… ¿Lo cree así? ¿Son los escritores especiales? ¿Seres de heridas profundas?

-Tienen una forma especial de vivir, pensando mientras lo hacen en lo que pueden y deben escribir y entregando muchas horas a ese acto solitario en la confianza de que al otro lado habrá otro ser solitario para leerlo, cuando la experiencia dice que eso es cada vez más improbable. Heridas profundas tienen como cualquiera que haya vivido con la conciencia alerta. La diferencia es que con ellas acaban haciendo su argumento, su voz y su mirada.

-¿Alguna vez ha pensado en dejar de escribir? Imagínese que decide hacerlo, ¿a qué se dedicaría?

-No lo he pensado jamás, desde hace cuarenta años. Si lo decidiera, por razones que no acierto a vislumbrar (se puede escribir de muchas formas, y al ritmo que uno quiera) me dedicaría a hacer algo con las manos. Música, miniaturas, tallas de madera. Algo así.

-A lo largo de su carrera ha tocado infinidad de temas, pero ¿existe alguno que nunca trataría en sus novelas?

-No me interesan los chismes del mundillo literario y tampoco me veo haciendo una novela sobre despachos de abogados. Para mí contar historias es una manera de vivir y explorar otras vidas, no de recrearme en las que ya tuve.

-Las sagas, como la de Bevilacqua y Chamorro, ¿pueden llegar a ahogar la creatividad o, por el contrario, ayudan a que crezca para sorprender siempre a los lectores?

-Supongo que depende de la saga, es decir, de los personajes que la protagonizan, y que son los que definen el campo de juego. En mi caso, no he sentido nunca a Bevilacqua y Chamorro como una limitación, todo lo contrario. Me han permitido abordar con ellos casi cualquier asunto que me interesara, y recurrir con toda libertad a otros personajes, incluso a otros géneros, cuando lo que me apetecía contar, por la razón que fuera, no pasaba por sus dominios.

-En su último libro nos desvela parte del pasado de Bevilacqua, dice usted que se lo debía a los lectores, ¿y a sus personajes? ¿A ellos también se lo debía?

-Sí. Cuando a un guardia civil le pones en la biografía algo tan gordo como pasarse tres años en la lucha antiterrorista en Guipúzcoa entre finales de los 80 y principios de los 90, es una obligación no sólo contarlo, sino hacer ver en qué medida aquella experiencia le imprimió carácter y contribuyó a hacerle el que es (y a prevenirle para no ser lo que no es).

-Si le dijeran que la próxima entrega de esta saga solo puede salir publicada si mata a uno de sus personajes fetiche, ¿qué haría?

-No tengo impulsos homicidas, y menos contra mis personajes fetiche. Me imagino que la escribiría para mí y luego buscaría un editor menos psicópata.

-El cine y la literatura siempre han estado muy unidos, algunas de sus novelas se han llevado a la gran pantalla, pero a usted, si tuviera la oportunidad, ¿qué película basada en un libro le gustaría protagonizar?

-No tengo mucho afán de ponerme delante de la cámara, preferiría siempre estar detrás, tan atrás y tan fuera de campo como pudiera. Si me insistieran y la producción fuera buena y pudieran replicar bien el Nautilus, me gustaría hacer de Nemo en 'Veinte mil leguas de viaje submarino'.

-Cine… No me puedo resistir a preguntar algo muy clásico, pero interesante, ¿cuál es su película favorita? ¿Y su director?

No tengo película favorita, pero he visto muchas veces en los últimos años 'La grande bellezza', de Paolo Sorrentino. En cuanto al director, creo que me inclino por Stanley Kubrick. No tiene ninguna película mala, y las buenas, como 'Barry Lyndon' o 'Senderos de gloria', son descomunales.

-¿Es de los que le gustan que le dediquen los libros? ¿Cuáles son las dedicatorias que más valora?

Excepcionalmente. Tengo dos de José Luis Sampedro, estampadas con veinte años de intervalo sobre los dos tomos de mi edición de quiosco de 'Octubre, octubre'. Las considero un tesoro. A Sábato, aunque lo vi y hablé con él, no quise pedírsela. Lo conocí ya muy mayor y se emocionaba tanto que me sobrecogió.

-¿Le da miedo el éxito? ¿Y la ausencia de él?

Un escritor no debe temerle a nada relacionado con la escritura. Y menos al éxito o a su falta. Tampoco debe dejar que le condicionen, ni uno ni otra. Yo me moriré siendo escritor, con éxito o sin éxito. El éxito es de los otros, pero la escritura es siempre tuya, y mientras creas en ella nadie te la puede arrebatar.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios