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Marta Robles, en la Semana Negra. PALOMA UCHA
Marta Robles: «Me preocupa la cantidad de jóvenes que se han vuelto puteros»

Marta Robles: «Me preocupa la cantidad de jóvenes que se han vuelto puteros»

La periodista y escritora revela la cara B de la sociedad en una novela sobre prostitución que presenta en la Semana Negra

EFE

Sábado, 4 de julio 2020

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La periodista y escritora madrileña Marta Robles ha intentado mostrar «la cara B de la sociedad» en su tercera novela negra, 'La chica a la que no supiste amar', en la que aborda las redes de prostitución de mujeres extranjeras en España. La novela, la tercera protagonizada por el personaje del detective Tony Roures después de 'A menos de cinco centímetros' y 'La mala suerte', ha sido presentada por su autora este sábado en la trigésimo tercera edición de la Semana Negra de Gijón.

Robles ha dicho que pretendió exhibir las redes de testaferros, abogados, banqueros, periodistas e incluso policías corruptos que dan cobertura a la trata de mujeres como trasfondo de la historia de una prostituta nigeriana desamparada al padecer una enfermedad. Un detective Roures algo menos cínico y «más reposado» que en sus casos anteriores se adentra en el club de alterne más famoso del Levante español para una investigación y descubre la crueldad que rodea el mercado de la prostitución.

La trama que gira sobre Blessing, una joven nigeriana atada a una red de trata de mujeres por la deuda del viaje y un ritual vudú, que es «desechada como una mercancía estropeada» después de ser operada de un cáncer de mama. Es una historia de ficción desde la primera hasta la última página, pero amparada en «hechos reales» porque «detrás de las luces de colores hay infinidad de mujeres esclavizadas», ha dicho Robles.

La autora ha asegurado haber escrito esta novela desde sus entrañas, poniendo «toda la tripa y el corazón» en un tema que le preocupa desde hace varios años y al que llegó a través de investigaciones periodísticas. Es una historia cruel que tenía que contar con intensidad a los lectores, en el convencimiento de que «tenemos el corazón tan endurecido que casi nada nos conmueve», ha destacado. Robles ha dicho que puso al mismo nivel la historia personal de la víctima con la «complicidad social» que es permisiva con la prostitución y la trata de mujeres como una forma de «esclavitud».

Este sistema «no sería posible» sin la red de testaferros que están al frente de los clubes, de abogados que los asesoran, de periodistas que los justifican y banqueros que blanquean el dinero de los beneficios. La escritora ha dicho que España es uno de los mayores consumidores de prostitución del mundo y la sociedad en general tiene la sensación de que las mujeres la ejercen por su propia voluntad, algo que no es en absoluto real.

Las redes de trata y los clubes de alterne en carreteras se expandieron en España a partir de 1992, porque antes la prostitución estaba relacionada con el proxenetismo individual mediante un vínculo afectivo muchas veces también violento. Ha añadido que le preocupa especialmente la cantidad de jóvenes que se han vuelto «puteros» y frecuentan estos locales, porque «todo lo que saben de sexo lo aprendieron viendo pornografía». Robles ha explicado que el personaje del detective Roures es en esta novela «más reposado», un poco menos cínico y con mayor capacidad de autocrítica. Él mismo se confiesa como consumidor de prostitución en el pasado y se siente arrepentido: «Yo quería ponerlo como ejemplo para que los hombres revisen sus propias conciencias», ha afirmado la escritora.

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