«El caso 'Dina' se activa con un PP acorralado por lo que le rodea»

-En plena Semana Negra parece inevitable comparar el Caso Tándem-Dina con una enredada trama del género de muchos elementos oscuros en el guion ¿Usted sabe las claves?

-En el argumentario de las ultraderechas hay un problema de guion como ocurre en las malas novelas y en las malas series, porque la explicación es muy clara. Podemos ha vivido siempre ataques constantes con una pata judicial y otra mediática, e invariablemente, las causas eran archivadas, pero el daño ya estaba hecho. Llama la atención que en este caso, que es el Villarejo, se intenta cambiarle el nombre, a ver si así consiguen desviar la atención. Y de lo que estamos hablando es de corrupción policial y de un partido que crea una policía para perseguir adversarios políticos.

-¿Y el capítulo 'Dina'?

-Muy sencillo: roban el móvil a una asesora de Pablo Iglesias, el contenido aparece en un ordenador de Villarejo y es publicado por dos medios digitales en momentos en que convenía debilitar a Podemos porque había posibilidad de entrar en un gobierno. No hay más.

-A Iglesias le llega una copia y se la guarda seis meses.

-Eduardo Inda tiene otra y parece ser que hay muchas copias de ese teléfono, pero lo que importa es que les interesaba porque pensaban encontrar información para hacer daño. Y que salga Echenique cantando una jota o comentarios privados subidos de tono de una conversación en broma es todo lo que aparece. Como no encuentran nada delictivo piensan además que la persona que tiene fotos íntimas es una pareja de Iglesias y que por ahí tal vez puedan perjudicarle. Se activa con un PP acorralado por todo lo que le rodea.

-Las explicaciones del propio Iglesias ¿le han parecido afortunadas?

-Creo que ha sido un intento protector sin más importancia, porque no la había. Cuando eres profesor y quieres proteger a tus alumnos, piensas: esto mejor que se olvide, ver esas fotos le puede suponer obsesionarse con quién las podría tener. Suscribo sus declaraciones porque Villarejo dice en unos audios que tiene un dossier sobre mí y yo quiero saber quién se lo pidió. Eso solo se puede averiguar en una comisión sobre las cloacas y ver que vienen desde la transición. Va siendo hora de que sepamos algunas cosas.

-¿Ve a Pablo Iglesias investigado en el Supremo?

-Es una idea radicalmente peregrina, pero sí es cierto que en otros lugares hemos visto cómo la derecha se inventa casos para intentar tumbar a quienes no han podido vencer en las urnas. PP y Vox son capaces de ello, de hecho Vox ya firmó una en 2017 demanda idéntica y el juez les dijo: «Esto es infumable». Esta es una derecha golpista, lo han dicho ellos en el parlamento reclamando a los militares y somos el único país donde los problemas que tenemos no se deben al COVID, sino al 8M.

-El escenario de su libro. ¿Cómo lo enlaza con la actitud de oposición que acaba de sugerir?

-Aquí hay una élite del poder, rancia, que no deja que emerjan sectores conservadores comprometidos con la democracia, hasta el punto de que nos encontramos con que sectores empresariales con ánimo desestabilizador y otros que están teniendo un comportamiento muy responsable con el momento que vivimos y están siendo uno de los pilares sustanciales del acuerdo social. Estamos en un momento en que España puede ser diferente y parecerse más a países de nuestro entorno o seguir existiendo en esa línea en la que África seguirá empezando en los Pirineos.

-¿Cuál es su pronóstico?

-A corto plazo están dadas las circunstancias para un empeoramiento de las posiciones emancipadoras, pero a medio y largo plazo, hay posibilidad de lograr cosas cuando se vean los efectos de la insistencia en ciertas políticas como la privatización de la sanidad que la derecha en gobiernos autonómicos ha retomado ya. Será el momento de poner en la mesa argumentos como los que intento plantear en mi libro y refrescar la memoria: «¿Os acordáis cuando salías a aplaudir a las 8?». Estar preparados para decir, por aquí no nos volverán a engañar.