Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO

La poética del espacio

Viernes, 10 de noviembre 2023, 18:59

Comenta

En Literatura es saludable y reconfortante echar de vez en cuando la vista atrás para transitar por las obras maestras de los autores geniales. Son ... tantas que uno necesitaría varias vidas como incansable lector para disfrutar de todas ellas. Por esto cuando de pronto me topo con una de estas obras, de las que antes nada sabía, siento una satisfacción especial. Es el caso de esta novela breve de Georges Rodenbach (1855-1898), un escritor belga incluido en el movimiento literario conocido como simbolismo. Los simbolistas huyen de las descripciones objetivas y son expertos en el uso de la sinestesia. El movimiento, que se inició con 'Las flores del mal' de Charles Baudelaire tuvo mucha presencia, especialmente en Francia y en Bélgica. Georges Rodenbach fue uno de aquellos jóvenes escritores cansados del realismo y del naturalismo. 'Bruges-la-Morte' (1892) es una novela notable por dos razones principales: conformarse como ejemplo más evidente y distinguido de la narrativa simbolista y ser la primera obra de ficción ilustrada con fotografías. Pero hay una razón que, a mi modo de ver, merece la máxima notabilidad: la extraordinaria pericia en el uso del lenguaje para inducir al lector sin contemplaciones hacia el asombro y la fascinación, y la simbiosis entre un paisaje, un lugar, una ciudad y un estado de ánimo. El protagonista, un ser desquiciado por el dolor de la pérdida de su esposa, vaga por la ciudad, que entiende tan muerta como su amada, tan gris como su melancolía gris, tan irremediable en su oscuridad y en su inanidad como su destino, tan solitaria y vacía como su alma herida, tan fúnebre como sus pensamientos. Su espíritu se aturde como el agua de los remolinos de los canales y su cerebro anuncia a gritos la llegada de la muerte como lo hacen las campanas de la ciudad. 'Brujas' tiene su personalidad, su carácter, su espíritu autónomo, su estado anímico y Hugues Viane se deja envolver por ella, ata su ánimo a ella, hace eterno su duelo en la polvareda de eternidad que cubre las calles muertas. Durante ese misterioso tránsito por el siniestro vacío conoce a otra mujer cuyo parecido con la muerta lo asombra, lo obsesiona y lo atrapa. La noción del pecado y el sentimiento de culpa, el poder de la semejanza que responde tanto a la costumbre como a la novedad, el fetichismo y la idealización o el dolor convertido en religión son algunos de los temas que aparecen en esta obra envolvente y singular que se lee con la precaución y el estremecimiento con los que uno puede transitar por una cueva tenebrosa sembrada de ruidos desconocidos y de misteriosas tumbas. La editorial Firmamento recupera ahora para nosotros esta joya literaria de imprescindible lectura con traducción y prólogo del laureado escritor de Málaga Cristian Crusat.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio La poética del espacio