«Soy cantautor, sí, como Bruce Springsteen»

Toli Morilla nació en Oviedo pero es playu y esta noche (22.30 horas) toca en casa, en la terraza del Botánico, donde presentará la canción de Leonard Cohen Hallelujah, un estreno mundial porque será en asturiano. Estará acompañado, además, de por su banda por el coro Al altu la lleva. Pero el cantautor no se quedará solo en eso, sino que versionará otros artistas como Dylan, Johnny Cash, Christy Moore, Deep Purple o Violent Femmes. Y en tres idiomas: asturiano, castellano e inglés.

¿Qué vamos a ver esta noche en el Botánico?

Es un espectáculo que se titula Hallelujah, una colección de canciones nuevas y algunas versiones, incluida la de el tema de Cohen. Las llamo Canciones para resistir a la deriva.

¿Estamos inmersos en una deriva colectiva?

No, no. Cada uno sabe cuál es la suya. Yo no puedo hablar de todo el mundo porque sería un estúpido si hiciera eso. Pero sí puedo hablar de mí y de la gente que conozco y de lo que veo en la prensa o en internet. Me refiero a esas derivas personales que a veces se juntan también con las universales. Por ejemplo, una crisis económica se puede juntar con tu divorcio y todo empeora. A ese tipo de cosas.

¿Y en qué marejada personal anda Toli Morilla navegando?

La mía no es muy personal. Le pasa a muchísima gente. En el caso de los músicos y artistas en general, nos enfrentamos a una caída de sensibilidad, a dificultades en la comunicación, a una desidia que se observa por parte del público y también a unas condiciones laborales penosas.

Pero usted ha logrado vivir de esto.

Yo estuve viviendo por y para la música más o menos veinte años. Y ahora tengo que hacer cosinas. Por ejemplo, hubo una época en la que no pude ganarme la vida como músico y tuve un taller de azabache y plata. Fui platero.

Al fin y al cabo, la música también es artesanía.

Para mí es igual. Lo que pasa es que esto es lo mío. Lo otro no.

¿Quién le acompañará sobre el escenario?

Otros grandes. Voy con Manu Molina a la batería, con Horacio García al contrabajo y con Ángel Ruiz (banjo, lap steell guitar, pedal steel guitar), además de con el coro Al altu la lleva, el de La Caja de Músicos, donde estamos queriendo hacer algo y que la gente pueda disfrutar de lo que tenemos, que es nuestro talento.

Y todo en tres idiomas. Creo que recibió clases para versionar a Dylan un poco contra su voluntad.

(Risas). Sí. Y, al final, te das cuenta de que eso que estudiaste te sirve.

¿Cómo ve el eterno debate sobre la oficialidad?

Pues va por temporadas. Yo creo que ahora no es buen momento. Porque, si en una época se alcanzó cierta sensibilidad social, ahora hay otras cosas mas importantes que la dejan un poco de lado. Los presupuestos menguaron muchísimo. Y ye triste, pero las cosas sin dinero no se pueden hacer.

Deduzco que no tiene mucha confianza en el nuevo Gobierno del Principado.

Bueno, es que es el mismo prácticamente (Risas). Hombre, por lo menos el nuevo conseyeru ye académicu, así que bien, bien, bien. Dices: «Esto va un poco para adelante». Pero luego va para atrás porque vete tú a saber lo que le van a dejar hacer.

¿Y del nuevo ministro de Cultura espera algo?

¿Sabes una cosa? No sé como se llama. Estoy desconectado montando todo este tinglado y no tengo ni idea. Es que no afecta mucho en nuestra vida positivamente. Negativamente sí. Y tampoco hay mucha sensibilidad ni social ni política en general con estos temas.

¿Le molesta que le llamen cantautor?

Lo que no me gusta es el tono peyorativo que se empleaba en España hasta hace bien poco. No me gustaba que me encasillaran, pero cantautor está muy bien. Es el que hace una canción y la interpreta. Cantautor es, por ejemplo, Bruce Springsteen.

¿Es usted pesimista sobre el panorama musical?

No creo que la gente escuche peor música. Ahora hay muchas más posibilidades de escuchar buena música, pero se comparte menos. Se hace de forma más individual. Ahora bien: la calidad aquí es alta.

¿Quién le gusta?

Losone, por ejemplo, mucho.