Carlos Ares | Músico

Carlos Ares, músico

«Donde reina lo extraordinario, mi propuesta es algo austero»

–Desde que tocó en El Vesu con el álbum reciente, lo ha rodado por muchos escenarios. ¿Qué balance hace?

–Hemos hecho 30 fechas con un disco editado en febrero y ha sido

un gran aprendizaje, era mi primera gira y quise participar en la producción muy directamente, eso te da criterio. Y ha sido muy emocionante por la buena acogida que hemos tenido en todas partes.

–¿Y cómo ha llevado su rol de 'frontman'?

–Sorprendentemente, bien. He estado comodísimo, tengo la suerte de confiar bastante en mis capacidades como intérprete y me he basado en ese mantra para poder conectar con la gente satisfactoriamente. He sentido una energía preciosa, no solo con el público, sino también con mis músicos. Ha sido clave la conexión que tenemos entre todos los que estamos en el escenario y que se trasmite.

–¿Le ha servido para testar las canciones en vivo?

–Prácticamente no ha habido que adaptarlas porque es un disco que, en el momento que me metí en el estudio y decidí los instrumentos con los que iba a grabarse, estaba planificando el futuro directo. Ha sido muy natural, aunque hoy en día tocar con instrumentos parece lo antinatural.

–Frente a estas nuevas formas de producir y consumir música, hay un auge del directo y de los festivales.

–Creo que es algo que no va a morir nunca ni a quedarse obsoleto, tocar instrumentos en directo es el objetivo original de hacer canciones. Es algo que la gente valora muchísimo cuando se encuentra con músicos que se han preparado durante años y muestran ese dominio. Es maravilloso que el público lo valore porque es lo que marca la diferencia.

–Acaba de lanzar un tema que parece hablar de algo también unido a la música: el ego de los artistas. ¿Haber estado antes en la trastienda lo libra?

–A pesar de haberlo visto en segundo plano, ahora que lo vives en primera persona y que te adulan con comentarios bonitos sobre tu trabajo y que pasas a ser el protagonista de la película, es fácil dejarse llevar por el ego, pero mi reflexión ahí es hacia el ser humano, se cree el centro del universo y puedes ser todo lo hipocondriaco que quieras, pero el día de tu destino final va a llegar y la gente va a seguir su vida. Es una cura de humildad que parece dirigida a alguien, pero soy yo mismo en el espejo.

–Egos aparte, ha logrado un sello singular y un sonido propio.

–Ha sido totalmente premeditado, encontrar esa identidad me ha llevado años, no he querido subirme a un escenario hasta no tenerla. Para mí la originalidad es lo más importante y el único aliciente real para hacer música, porque todos hacemos la misma canción, se trata de darle una vuelta que te identifique. Y donde reina lo extravagante y exagerado, mi propuesta es hacer algo austero, natural, contemporáneo porque lo es, pero aprovechar cosas que hoy se olvidan un poco.

–¿La nueva canción sugiere un próximo álbum?

–Estoy inmerso en un nuevo trabajo que no pretende ocupar el lugar del primero, sino potenciarlo. 'Peregrino' es una obra que me gustaría que no envejeciera, pero tengo un repertorio limitado y este disco sería una extensión conservando el formato de una serie de cosas que se merecen más tiempo para que la gente las descubra.