Un fiestón de categoría en la Feria

Ese ansia por disfrutar de la música quedó patetente, cuando Rodrigo Cuevas se subió a las tablas y, entre vítores, entonó su 'Más animal'. Con ella, aseguró sentirse «muy contento de estar en Xixón» y montó una romería, a golpe de 'Allá arribita', 'Cómo ye' y 'Veleno'. El asturiano quería que la gente lo diera todo y los invitó a bailárselo todo «hasta que vuelen las prótesis de rodilla y de cadera por los aires», se rió.

No voló ninguna prótesis, pero sí que volaron las carcajadas en este espectáculo, que también dejó hueco para las reivindicaciones porque Cuevas, cantando en asturiano a pleno pulmón, recordó «a aquel que quería prohibir a la gente que cantara en la llingua», ganándose la ovación cerrada. Dijo entonces: «Que no nos engañen, el asturiano tiene mil años de antigüedad y ellos, diez y pico».

Con ese mensaje, siguió la marcha, que se serenó con 'Rambalín' y que acabó dejando paso al concierto de Siloé. Esta banda causó sensación con temazos como 'La verdad' y 'Si me necesitas, llámame'. Ellos fueron todo sentimiento, al igual que Samuraï. Este grupo les tomó el relevo, con 'Palabra prohibida' y 'De charco en charco', sonando entre un repertorio que ayer se ganó unos cuantos fans.

El siguiente en aparecer por el escenario fue Carlos Sadness, quien además llegaba con su nuevo disco, 'Realismo mágico', bajo el brazo. Fue este concierto el primero en el que sonaron las canciones de ese álbum con piezas como 'Feliz, feliz', una de las más celebradas por el público.

Y, ya para acabar, el colofón a la noche lo puso Arde Bogotá. Los murcianos, el grupo de rock del momento, lo dieron todo con su último disco, 'Cowboys de la A3', que incluye 'La Salvación', sin duda una de las canciones más esperadas de la jornada.